Denuncian la presencia del lobo en las calles de Espinosa

R.E.M. / Espinosa
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Algunos vecinos le vieron ayer, sobre las 7 horas, en pleno casco urbano tras entrar a una finca y devorar a una oveja. «Por las noches campa a sus anchas», asegura Andoni de Linaza

Los vecinos se quejan de que el salvaje cánido camina por las principales calles y que cada vez lo hace con mayor frecuencia. / Ayer el lobo devoró una oveja en una céntrica finca. - Foto: A.C. y DB

Se han acostumbrado a que el lobo se adueñe del monte y ya no les sorprenden los continuos ataques al ganado, pero en Espinosa de los Monteros ponen ahora el grito en el cielo al comprobar que el animal «campa a sus anchas» por el casco urbano cuando cae la noche. Ayer por la mañana, sobre las 7 horas, fue la última vez que le han visto caminando por las principales calles después de devorar una oveja que se localizaba en una finca ubicada en medio del pueblo.

«Se comió a una cordera entera en pleno casco urbano, no hay por dónde coger esto, ha pasado por todas las puertas de las casas», expone Andoni de Linaza, vecino de Espinosa, que reconoce que el salvaje cánido volvió a aprovechar la tranquilidad que ofrece la noche para atacar. Y parece que lo hizo con total tranquilidad, ya que se comió a toda su presa. «Se escuchó a la perra mastina ladrar y los campanos de las ovejas sobre las 4, se la comió entera y eso le tuvo que llevar trabajo, por eso hasta las 7 no le han visto saliendo de la finca», asegura, mientras asume que el lobo ya se conoce perfectamente este terreno de Merindades.

En otras ocasiones ya han grabado las cámaras al lobo por el casco urbano, pero esta vez le han podido ver con sus propios ojos. «Se le han encontrado cuando salía de una huerta del casco urbano para saltar luego al Paseo de la Castellana, le estuvieron siguiendo y se metió en los patios del espacio destinado a coworking», manifiesta De Linaza. Esto hace temer también al vecindario que en algún momento pueda suceder algo aún peor, ya que si las incursiones son tan frecuentes puede que alguien se le «encuentre de frente» y habrá que ver cómo reacciona (...).

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