Fernando Aller

DESDE EL ALA OESTE

Fernando Aller

Periodista


Orgullo por el fin de ETA

16/06/2023

Por primera vez y de forma contundente, el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero se ha reivindicado como protagonista del fin de ETA. Hasta ahora otros habían hablado por él, comentarios generosos de quienes le reconocían el mérito, aunque algunos desleales de su propio partido también hayan intentado ningunear su determinación y el logro. En una entrevista en Cope esta semana Zapatero trocó su más habitual tono melifluo por la contundencia: «Bajo mi Gobierno se entregó ETA, se rindió ETA. Me siento extremadamente orgulloso». El expresidente leonés reivindicó la esencia de la democracia limpia, la que incorpora a todos bajo el imperio de la ley y afeó la conducta de quienes utilizan el recuerdo de la violencia para sacar rédito político: «Decir que ETA está viva me produce tristeza».
La entrevista radiofónica me ha trasladado al claustro de la Universidad de Alcalá de Henares el 23 de abril del año 2007. Los Reyes acababan de entregar al poeta Antonio Gamoneda el Premio Cervantes. La pregunta entre leoneses, en la informalidad de los corrillos posteriores, resultaba inevitable: ¿Alguna vez pensó el presidente Zapatero que las conversaciones de paz con ETA podrían fructificar? Fue tajante al decir que sí, que existía un amplísimo consenso en el seno de la banda terrorista en dejar las armas, que las negociaciones y la tregua iniciada el 22 de marzo de 2006 iba en serio, que se existía esa voluntad expresada internamente por dos millares de miembros de la banda criminal y que el atentado de la T4 de Barajas, apenas cuatro meses antes de esta conversación, frustró el proceso al morir dos personas que dormían en sus vehículos en el aparcamiento. Hoy se diría una mala previsión de daños colaterales en una acción terrorista planteada como advertencia.
En aquel momento nada hacía presagiar la hecatombe que se nos venía encima. La Economía iba sola, con una Europa sólida y Solbes al timón. Así que Zapatero, descontado el éxito económico, reconocía y anhelaba su lugar en la Historia unido a la desaparición de ETA. En la primera parte se equivocó rotundamente, pero innegablemente ha conseguido un lugar en la Historia en la derrota del terrorismo patrio.