Los bodegueros y viticultores de la Denominación de Origen Ribera del Duero, y por extensión el resto de los habitantes de la comarca, tienen un elemento menos de preocupación ya que el territorio amparado por este sello de calidad quedará libre, al menos por el momento, de los temidos efectos de la fractura hidráulica. Una controvertida técnica consistente en la extracción de gas pizarra mediante la inyección en el subsuelo de fluido y arena y que ha suscitado un amplio debate entre los que consideran que podría ser perjudicial para el medio ambiente y aquellos otros que sostienen que este proceso es completamente inocuo.
La empresa Trofagás Hidrocarburos SL, filial de BNK Pretóleum, según ha podido saber DB, ha renunciado a seguir tramitando una serie de permisos de investigación que había solicitado a la Junta de Castilla y León, pero que aún no habían sido concedidos, entre ellos todos aquellos que afectaban a la comarca ribereña.
En concreto, en lo que respecta a la Ribera del Duero que se extiende por nuestra provincia, se trata de los permisos denominados Burgos 1 y Burgos 2, que entre ambos incluían a 32 municipios ribereños burgaleses, y Palencia 4, éste último que contemplaba otra docena de municipios situados al oeste de la Ribera burgalesa y afecta también a parte de la zona vallisoletana de la DO al abarcar por el sur desde Valdezate hasta Pesquera de Duero. También ha sido descartado el Palencia 3, que comprende la zona entre Quintanillla de Arriba y Sardón de Duero, con lo que queda libre de ‘‘fracking’’ todo el territorio vitivinícola, como se ha hecho también con Burgos 3, que comprendía la zona de Pinilla de los Moros, Salas y Palacios de la Sierra además de tierras de Soria; Palencia 1 y Palencia 2, estos dos últimos situados más al norte de la provincia palentina.
Desde Trofagás han explicado a este periódico que han optado por descartar estor permisos tras haber realizado una serie de estudios técnicos preliminares que indican que esas zonas no tienen un potencial geológico que, a día de hoy, justifique la realización de sondeos exploratorios.
«Son estudios con la información geológica que había de antemano y con la que habíamos conseguido también extraer nosotros. Los geólogos lo han estado valorando en nuestra sede de California y mediante estos estudios hemos visto que ahora mismo no es interesante» explica Pablo Miranda, delegado de Burgos.
Pese a ello, el representante de Trofagás en la provincia no se atreve a garantizar con rotundidad que este paso suponga un descarte definitivo. «A día de hoy nosotros hemos renunciado a esos permisos de investigación, luego a medida que vas haciendo los sondeos y vas explorando lo que es el terreno más en detalle, te puedes dar cuenta de que a lo mejor esos primeros datos que había pueden ser erróneos o que hayan aceptado. Pero de momento hemos renunciado a esos permisos y yo más adelante no sé lo que puede pasar», manifiesta.
Anteriormente, BNKya renunció a otros cuatro permisos en León porque estaban en conflicto con otros permisos de almacenamiento de CO2 solicitados previamente por otra compañía.
Sin embargo la compañía sí mantiene su interés por el permiso de exploración Burgos 4, solicitado en agosto del año pasado a la Administración central y que aún no ha sido concedido. Un proyecto que abarca una pequeña área del sureste de la Sierra de la Demanda y parte de Soria, comprendiendo en su extremo sur desde Valmeluque hasta prácticamente Calatañazor y en el norte localidades burgalesas como Quintanar de la Sierra, Neila, Vilviestre del Pinar o Regumiel de la Sierra.
En ese mismo estudio los expertos han determinado que sí sería interesante realizar sondeos exploratorios en esta zona «por las características geológicas», un potencial que Trofagás considera que también están presentes en los permisos de explotación ya concedidos a BNK en el norte de la provincia, denominados Sedano y Urraca, y en el llamado Rojas, solicitado por esa misma firma también en la zona septentrional, aunque aún no concedido y cuya tramitación también quiere continuar.
POTENCIAL NORTEÑO
Estos tres últimos permisos forman parte de la Cuenca Vasco Cantábrica, el dominio geológico de España, según Trofagás, con mayor potencial objetivo de gas pizarra o shale gas.
La compañía apunta a que el norte de Burgos podría contener hasta el 18% del gas pizarra existente en España, según el estudio realizado por la consultora Gessal sobre recursos prospectivos que fue presentado hace dos semanas.
Este informe revela que la zona septentrional de la provincia podría suministrar el gas que se consume en España durante casi 10 años. Su precio de mercado actual es de aproximadamente 100.000 millones de euros, lo que supone el 10% del PIB español.
La inversión prevista por BNK para estos tres permisos es de 250 millones de euros solo en la fase de exploración, que durará unos cinco años. La empresa calcula que hasta dentro de casi dos años no se realizará el primer sondeo exploratorio ya que cada uno de ellos está sometido a un proceso de Evaluación de Impacto Ambiental. Su tramitación dura unos 18 meses, durante los cuales no se puede realizar ningún trabajo sobre el terreno.
En el caso de que los resultados de esos sondeos exploratorios fueran positivos y se pudiera pasar a la fase de producción, será necesario solicitar un nuevo permiso por parte de BNK y un nuevo Estudio de Impacto Ambiental. En ese caso, según la compañía, «las inversiones se multiplicarían exponencialmente y se crearían miles de puestos de trabajo».