La Policía Local y los Bomberos pensaban que con el precintado  de Peña Amaya acabarían con el vandalismo y las incidencias en la antigua residencia de estudiantes. Sin embargo, hace apenas diez días alguien derribó los tablones colocados en los accesos y logró entrar. El servicio de extinción tuvo que sofocar las llamas que se originaron en el interior, todo apunta a que de manera provocada.

Las fogatas en este edificio, abandonado desde hace más de dos décadas, han sido habituales desde hace bastante tiempo. Sin embargo, en los dos últimos años estos actos vandálicos se han incrementado. En el Ayuntamiento ya tenían intención de actuar y asegurar el inmueble para evitar episodios de este tipo, pero un incendio en septiembre precipitó los acontecimientos. Se tapiaron las puertas y las ventanas con tablones de madera.

El sellado de la antigua residencia de estudiantes había dado sus frutos, hasta hace apenas diez días, cuando nuevamente los Bomberos tuvieron que acudir para sofocar un fuego declarado en el interior. Este siniestro ha vuelto a generar inquietud entre los cuerpos de seguridad, que volverán a estar muy vigilantes para evitar que puedan colarse chavales.

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