La compra venta en el sector de la Denominación de Origen Ribera del Duero pasa por unos meses de calma chicha, en los que los intereses por adquirir no se materializan y no salen al mercado nuevos inmuebles a la venta. «Los que preguntan por alguna bodega son inversores a los que no les corre prisa comprar, esperan a encontrar un chollo y, de esos, ahora no hay», apunta Ángel Garrote Ruiz de Temiño, de Vino de los Ángeles, que en su vertiente inmobiliaria mantiene en cartera la oferta de media docena de bodegas a la venta, algunas desde hace años.

Este parón en el ámbito inmobiliario contrasta con el interés por adquirir viñedos en la comarca. «En la Ribera del Duero hay más demanda que oferta, por lo limitado de la extensión y porque el viñedo es de muy alta calidad», apunta Ángel Garrote, que estima un precio medio por hectárea de 50.000 euros, que ronda la mitad del que se maneja en el territorio riojano. «Aquí es difícil poder adquirir, porque hay poco y muy demandado», insiste, por lo que aquellas bodegas que cuentan con terreno en el pack de venta son las que tienen mejor salida.

El riesgo que se apuntaba a finales del año pasado de que el incremento de los costes de producción y suministros diese al traste con algunas bodegas pequeñas y les obligasen a vender, no se ha materializado y la oferta se mantiene invariable, con menos del 5% de las bodegas de la DO susceptibles de encontrar un nuevo propietario. El último movimiento significativo fue la compra de la antigua cooperativa Virgen del Río de Gumiel de Izán.

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