Unos profes de miedo

I.P. / Ibeas de Juarros
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El embrujo de Halloween llega a todos los rincones de Burgos. En Gamonal los seres de ultratumba se pasearon por la plaza Roma. Y en Ibeas de Juarros se recreó una fantasmagórica escuela que dejó 'aterrados' a los niños, padres y abuelos

Los chavales fueron pasando de aula en aula entre gritos, pero también risas ante los sustos que les dieron los profesores, todos disfrazados de monjas y frailes. - Foto: Patricia

Samuel era ayer medio vampiro y medio esqueleto; Javier se visitó de Heyson y Alejandro se enfundó el disfraz de Awuweik. Fueron de los primeros en llegar a la escuela del terror, ansiosos por atravesar la puerta y descubrir qué o a quién se encontrarían en las aulas. Una vez dentro, las telas de araña se les fueron pegando al disfraz y a la cara mientras por las paredes y los techos se veían arañas, cuerdas, calabazas y esqueleto, o más que verse se intuían porque la oscuridad era prácticamente total, solo apaciguada por algunas luces de colores que ayudaban a que el ambiente fuera menos tétrico. 

A ellos, más que miedo, les encantó ir descubriendo a los profesores, disfrazados de monjas y frailes, con sus siniestras caras pintadas o cubiertas por máscaras.  Cada vez que uno aparecía, gritos y más gritos, aunque en el fondo eran miedos fingidos porque los chavales más mayores gozaron de lo lindo de la experiencia, incluso de los castigos a los que les sometió el fraile castigador, encarnado por Roberto Contreras, que realmente estaba como para Oscar al mejor vestuario. Peor lo pasaron algunos de los más pequeñines a quien ya solo entrar a la oscuridad les asustó y salían lloriqueando, lo que provocó que otros no quisieran ni acceder, como Cloe a quien no logró convencer de lo contrario Sandra, su madre, disfrazada de vampiresa. 

Y es que prácticamente todas las familias de Ibeas de Juarros con niños pasaron ayer por esa escuela del terror, unos y otros disfrazados como manda la tradición en Halloween, día víspera de la festividad de Todos los Santos, que pese a ser una fiesta importada de los países anglosajones, ha calado hondo y ya se festeja en todos los rincones de la geografía burgalesa. 

La terrorífica escuela de Ibeas fue decorada por la Asociación Gastroibeanos, cuyos miembros  eran a su vez los profesores, no unos maestros cualquiera, sino monjas y curas, como la propia presidenta del colectivo Mirian de la Vega, que asumió el papel de directora. Lo cierto es que lograron crear un ambiente siniestro, con varias aulas, sala de dirección, sala de castigo y hasta una enfermería por si a alguien se les iba la mano o un infarto del susto, a saber. 

Es el tercer año que organizan Halloween y cada año se superan. Si este año ha sido la escuela, el año pasado fue el pasaje del terror. Todo vale para pasar una tarde de miedo y hacer disfrutar a niños y padres. Además, todos se apuntaron al chocolate con churros con el que acaba la fiesta, aunque antes los chavales recorrieron las calles del pueblo, llamando a varias puertas -algunas casas también se decoraron- para cumplir con el tradicional truco o trato y llevarse en el bolsillo un puñado de caramelos, como en casa de Sarka, decorada para la ocasión, como ella misma, que ayer era la mujer del saco.  

Gamonal lo da todo para celebrar Halloween

Los seres de ultratumba se pasearon ayer por la plaza de Roma de Gamonal, aprovechando la celebración de la noche más terrorífica del año. El desencadenante fue un escape de gas como consecuencia de las recientes obras en el entorno, lo que provocó la rotura de una bolsa subterránea de gas. Esta situación causó una extraña reacción en la gente: se convirtieron en zombis y fantasmas e invadieron el barrio.

La propuesta de diversión protagonizada por Colectivo Inesperado invitó a todos los ciudadanos que se acercaron a cazar a estos seres extraños o a ser uno de ellos. De este modo, esta celebración americana sirvió para dinamizar un barrio. La iniciativa fue organizada por la Asociación de Hostelería de Gamonal-Capiscol en colaboración con el Ayuntamiento y sirvió para animar las calles y los locales de ocio. La cita finalizó con la actuación de La Vieja Escuela, una orquesta que versión temas de los años 80 y 90.