«Hontoria es mi refugio, mi mundillo, donde me siento yo misma»

Belén Antón
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María José Molina, periodista y presentadora nos enseña su pueblo... Hontoria del Pinar

La presentadora encuentra en Hontoria tranquilidad y amabilidad. Ahora intenta que sus tres hijos disfruten como ella de aquellos veranos cargados de vivencias, aventuras y sonrisas. - Foto: Azúa

La presentadora de Televisión Española disfruta, como lo hace desde que tenía un mes, de su verano en la localidad pinariega, donde su familia ha conservado la casa carretera de sus tatarabuelos.

Este lunes se incorpora a su trabajo en Televisión Española, donde conduce el programa ‘Aquí hay trabajo’, en La 2, y el espacio culinario ‘Cocina con Sergio’, en La 1. Pero antes, la periodista y presentadora María José Molina Pérez ha disfrutado de sus vacaciones en familia en su pueblo, Hontoria del Pinar, donde pasó su primer verano cuando apenas había cumplido un mes y donde ha vivido algunos de los mejores momentos de su niñez. «Para mi Hontoria es mi refugio, mi mundillo, mis recuerdos, mi infancia, mi familia… Es donde me siento yo misma. Cuando estoy revuelta, incluso anímicamente, si no puedo venir, al menos pienso en Hontoria. Para mi es relax, pero también es diversión, es un poco todo, es donde están mis orígenes», explica la periodista, que se siente hontoriana a pesar de haber nacido y vivir en Madrid.

El vínculo de María José con la localidad pinariega es muy estrecho y comenzó temprano. «He pasado todos los veranos de mi vida aquí desde que tenía un mes. De niña, me daban las vacaciones y al día siguiente ya estábamos en el pueblo. Eran aquellos veranos eternos, de mucho abuelo, de mucho amigo y de mucha familia, pero también de mucha libertad. En Madrid nos dejaba la ruta del colegio en casa y ya no volvíamos a ver la calle hasta el día siguiente a no ser que hubiera que hacer compras, y aquí éramos libres, teníamos la bici y no necesitábamos más. Estábamos todo el día con ella, fichábamos para comer y para cenar y desaparecíamos, pasábamos el resto del tiempo en la calle», comenta la presentadora, que conserva de aquella época y de aquellas horas de juegos en la calle otros ‘recuerdos’ en forma de cicatrices. «Las rodillas las llevaba de vuelta a Madrid llenas de marcas», añade.

Durante esos veranos, la periodista disfrutaba con sus amigos en el río. «Nos pasábamos el día allí, en verano cogiendo renacuajos y ranas y en invierno, aunque hiciera mucho frío, íbamos a romper el hielo. También hacíamos excursiones a La Camarera y nos encantaba subir al Castro a excavar. Allí encontrábamos restos que después guardábamos y con los que hacíamos exposiciones. Igualmente nos gustaba mucho la piscina, íbamos todas las mañanas, aunque estuviese congelada y verde. Ahora está clarita y da gusto verla, pero en aquellos tiempos las cosas eran un poco más rupestres». De los amigos de aquella época María José conserva muchos. «Nos ha cambiado a todos un poco la vida. Unos hemos tenido hijos, otros no… Coincidimos siempre en fiestas y es una cita que todos procuramos cumplir porque igual es el único momento del año en el que nos vemos».

Ahora, los planes de verano de María José, con tres hijos de entre 3 y 11 años, vuelven a ser parecidos a cuando ella era niña. «Intento revivir las tradiciones, ir con ellos a los mismos sitios que iba con mis padres y con mis abuelos y me encanta que a mis hijos les gusten también. Fundamentalmente aquí descansamos, pero también hacemos un montón de actividades y de excursiones, vamos a la piscina, al Cañón del Río Lobos, al pantano, a De Pino a Pino en Revenga, o simplemente quedamos con los amigos a tomar un café en la plaza y que los niños jueguen. En fin, lo que es una vida de pueblo, lo que hacía yo. Intento que conozcan estos parajes y que se vayan enamorando de esta Tierra», explica la presentadora, que reconoce que los pequeños también están felices en Hontoria. «A los niños les encanta venir, primero porque disfrutan de unos paisajes privilegiados y de mucha libertad, pero también de los abuelos y de la casa, y porque nos ven a todos encantados. Aquí respiramos entusiasmo».

De entre todos los bellos rincones que esconde la localidad serrana, hay especialmente dos que agradan a la presentadora. Uno de ellos es la estación del ferrocarril del antiguo Santander-Mediterráneo, hoy reconvertida en albergue. «Me gustaba cuando estaba abandonada, veníamos y nos metíamos en ella para investigar lo que había dentro, lo hacía de niña y de joven. Allí hemos hecho hasta espiritismo», confiesa María José, para la que otro lugar destacable de Hontoria es el Cañón del Río Lobos y la zona por donde comienza. «Hay mucha gente que piensa que el Cañón empieza en Soria, pero no, empieza en Hontoria del Pinar, que es provincia de Burgos. Además, el pueblo se está preparando y adaptando para acoger al turismo. Hay varias casas rurales, cada vez más bonitas y más cuidadas. Hontoria es un pueblo muy acogedor», añade.

Pero si hay algo de Hontoria que a María José le vuelve loca son las setas. «Cuando vengo en época de recogida a mi no ven el pelo, ese fin de semana no tengo hijos, ni marido, ni tengo a nadie, tengo setas. Cojo el coche, la cestita y desaparezco en el monte, en el que alguna vez me he perdido un poco. Lo que más me gusta coger es níscalos, por el tipo de terreno y porque son preciosos, el tacto, la humedad del ambiente…», relata la presentadora, que va más allá. «Creo que es el momento más feliz del año, bajarse del coche y comenzar a respirar la humedad del monte, a mi me encanta y me emociona. Mis niños también van y se les va dando bastante bien, los dos mayores cogen setas como dos campeones, el pequeño coge de todo, hasta caracoles», bromea María José, que asegura que su cita con los níscalos es ineludible. «No nos lo perdemos, venimos siempre, incluso cuando alguno de los niños era muy bebé».

A la presentadora pensar en su pueblo y en el bosque le sirve de relax. «Cuando tengo insomnio, en alguna ocasión, me acuerdo de Hontoria. Puede parecer una tontería, pero pienso en el monte, en los níscalos, en como huelen, en el color que tienen… Para mí, Hontoria es mi referente», comenta la periodista, que está también aficionando a su familia política en la recogida de setas y que no ha dudado en descubrir su pueblo a numerosos amigos. «Hay muchas personas que no tienen pueblo y no saben lo que se pierden, hasta que lo descubren, y entonces ya no te los quitas de encima. Una vez que ya lo conocen, que saben como se está, como se duerme, como se come, lo agradable que es la gente y lo tranquila que es aquí la vida, se enganchan. Y sí, mis cuñados ya están diciendo que a ver cuando vamos este año a coger setas», comenta.

También Hontoria ha sido el lugar elegido por María José para permanecer en algunos de los momentos más especiales de su vida. «He pasado aquí la recuperación de los partos de mis tres hijos, así que también son hontorianos de pura cepa, incluso alguno está encargado aquí», cuenta la periodista, cuya familia ha sabido conservar la casa carretera de sus tatarabuelos, una joya de vivienda, con jardín, que cuida la madre de la presentadora y donde los pequeños pasan largos ratos. «Eran de Hontoria mis tatarabuelos por parte de madre. Ha existido la suerte de que mi familia ha ido conservando su casa. Aquí hemos metido todos muchas horas y hemos trabajado con mucho cariño para tenerla, no tal cual estaba antes, pero sí muy parecida».