España gastará 190.687 millones de euros para abonar las pensiones cada mes durante el año 2023, un alza del 11,4% en los Presupuestos Generales del Estado que incluye una revalorización del IPCfijada en el 8,5% (el porcentaje definitivo se conocerá en noviembre) y también la nómina de los nuevos pensionistas, cuyo número sigue creciendo al calor del baby boom, la explosión demográfica de los 60 y 70.
El universo de cerca de 10 millones de pensiones en España, 91.330 de ellas localizadas en la provincia de Burgos, es tan diverso como el propio mercado laboral. Los importes varían mucho, especialmente en las pensiones de jubilación, y dependen, básicamente, de la carrera de cotización de cada beneficiario durante su vida laboral y de si se adelanta o se retrasa el momento para dejar de trabajar.
Partiendo de esta realidad diversa hay hechos constatados: cada vez hay más jubilados que ingresan cada mes bastante más dinero que muchos trabajadores en activo. Los primeros están protegidos de la inflación con 8,5 puntos de subida garantizados el próximo ejercicio; los segundos intentan -sin éxito- retener el poder adquisitivo que están perdiendo por la enorme escalada de los precios.
Hay una tercera realidad: el número de pensionistas sigue en crecimiento -y más en una provincia envejecida como Burgos- y lo hace a desigual velocidad que los cotizantes a la Seguridad Social. Resultado: las cuentas no cuadran, el déficit se dispara y la sostenibilidad del sistema público es cuestionada a medio y largo plazo.
En Burgos se registran entre 3.300-3.500 altas en el sistema público de jubilación cada año. El dato más actualizado, el acumulado hasta el pasado mes de agosto, alcanzaba las 2.035 jubilaciones en el presente ejercicio, el 58% de las cuales son de personas con los 65 años cumplidos o más. De hecho, la edad media de jubilación en la provincia ha ascendido hasta los 64 años y medio, lo que supone añadir 6 meses más de vida laboral con respecto a las altas que se registraban 4 años atrás.
Los nuevos jubilados en Burgos están ganando en edad, pero también perciben más ingresos de media: unos 150 euros más al mes con respecto a hace cuatro años. Así, la pensión media de las altas al sistema ya está por encima de los 1.500 euros (1.539,84 exactamente), ingresos que se aproximan inexorablemente a los 1.956 euros del salario medio estimado en la provincia y que superan ampliamente a los que perciben los trabajadores que inician su vida laboral y cuyas cotizaciones sostienen y sostendrán el sistema público.
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