Los propietarios de los negocios situados en los bajos del bloque de viviendas del número 3 de la avenida de la Constitución están desesperados por la situación que sufren desde hace más de año y medio por las obras de revestimiento de la fachada. Se trata del edificio en el que en enero dos trabajadores salvaron su vida al colarse por una ventana justo en el momento en el que se venía abajo el andamio en el que estaban trabajando. 

La enorme estructura objeto del accidente se desmontó salvo la parte de abajo y en su lugar se colocaron dos máquinas elevadoras que ocupan parte de la acera, lo que complica el paso a los peatones y está causando verdaderos quebraderos de cabeza a los negocios, un bar y un taller de reparación de lunas de vehículos. «Las máquinas se mueven sin ningún tipo de seguridad por la acera o por la calzada de a la avenida de la Constitución y el paso que dejan para los peatones es muy estrecho y no cabe una silla de ruedas», lamenta Estíbaliz Zorrilla, del taller Autocristal Ralarsa.

A ello se añade que, como consecuencia de los trabajos que realizan tan solo los dos operarios que hay en tajo, caen a la calle restos de materiales e incluso herramientas, lo que constituye un verdadero peligro para viandantes y vecinos. 

Los residentes en el bloque número 3 no ven cerca el fin de las obras. - Foto: Alberto Rodrigo

Se da la circunstancia de que la licencia para el arreglo de la fachada data del 30 de septiembre de 2020 y caducaba a los seis meses y se ha ido prorrogando a lo largo de 2021 y de 2022. De hecho en marzo de este año el área de Licencias del Ayuntamiento remitió una carta a la comunidad en la que daba un mes para finalizar la obra, dado que en teoría se habían agotado todas las prórrogas. Sin embargo, estamos en octubre y todavía falta mucho trabajo para finalizar el revestimiento tanto de la parte del inmueble que da a la avenida de la Constitución como de los patios interiores.

«Ha venido la Policía Local para emitir informes sobre el estado del edificio pero encima les siguen renovando la licencia, la última vez el 29 de septiembre, y la obra está en el mismo estado que en junio», añadió Zorrilla, al tiempo que lamentó que los dos trabajadores que acuden al tajo no cuenta con material. «Da igual las prórrogas que les den, no van a acabar la obra de la fachada en años». 

Mientras los negocios está sufriendo en sus carnes desde hace casi dos años esta situación sin que nadie dé los pasos para resolver el problema y exigen al Ayuntamiento una solución «antes de que haya una desgracia».