Espacio para la inclusión en Kabanga

GADEA G. UBIERNA / Burgos
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La ONG Persona Solidaridad ha invertido este verano 56.000 euros en un proyecto educativo para niños con discapacidad o albinismo de Tanzania. En octubre se expondrá en la UBU

Miembros de la ONG Persona Solidaridad han pasado parte de agosto en Tanzania, en un centro de acogida para niños con discapacidad y albinismo. - Foto: DB

El niño que aparece en primer plano en la foto, así como sus compañeros de clase, viven y estudian en el centro de acogida Kabanga, que está al noroeste de Tanzania. En total, aloja a unos 150 chavales de distintas edades, pero con rasgos comunes: tienen alguna discapacidad (física, intelectual o sensorial) y/o nacieron con albinismo. Dos particularidades que en una de las zonas más pobres de este país africano, la región de Kigoma, abocan a la exclusión. De ahí que la ONG burgalesa Persona Solidaridad se sumara al proyecto Kabanga en cuanto supo de su existencia y este verano ha invertido 56.474 euros en la primera fase de su desarrollo, que se basa en la convicción de que toda buena educación ha de partir de la cobertura de unas necesidades básicas. Y entre ellas destaca una cama limpia en la que poder descansar.

«La realidad que ves en Kabanga es dura», explica por teléfono el profesor burgalés José María Antón -en la foto, de naranja-; uno de los tres integrantes de Persona Solidaridad que en agosto viajaron a Tanzania para colaborar en el desarrollo de la primera fase del proyecto, al que el Ayuntamiento de Burgos aporta 23.000 euros del total. «Las condiciones en las que viven, tanto de higiene como de alimentación son bastante precarias y lo cierto es que los niños pasan allí casi todo el año, porque apenas viajan a sus casas. Pero lo viven con bastante alegría, que es algo que llama la atención», apunta.

La entidad burgalesa trabaja desde hace años en Tanzania, pero supieron de esta iniciativa por una organización local, Karibia. Les habló sobre el centro Kabanga, que es público pero con mucha necesidad de apoyo privado. De hecho, Antón explica que la primera fase ha consistido en adecuar como 'albergue' un módulo levantado por las autoridades tanzanas en 2018, pero nunca usado «Se dejó a medias, sin luz ni saneamiento», explica, antes de aclarar que, gracias al proyecto de cooperación conjunto, ya se han colocado las ventanas y habilitado los dormitorios y baños  para 80 críos. «Ahora se equipan con literas, colchones, mosquiteras... Y en cuanto se acabe, se podrá ocupar. Mejora sustancialmente sus condiciones de vida, pero queda mucho por hacer», añade.

El centro Kabanga acoge a menores con discapacidad y/o albinismo durante toda la Educación Primaria. Pero a quienes tienen albinismo y capacidades diversas les dan formación básica en los dos primeros cursos para que, se supone, en tercero puedan integrarse a la formación convencional reglada. «La siguen como buenamente pueden, porque no hay profesores especialistas ni de apoyo», añade Antón, matizando que los menores ciegos «que son hábiles con el braille, obtienen resultados bastante buenos, pero sordos o con otras discapacidades no». De ahí que las próximas fases del proyecto incluyan, además de garantizar una alimentación digna, una mejora de la educación especial.

Mientras acopian fondos para ello, mostrarán lo conseguido en la primera etapa en una exposición itinerante que se inaugurará en octubre en la UBU.