Los pueblos modernizan sus redes y piden no malgastar agua

R.E. MAESTRO
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Los alcaldes lanzan los primeros bandos para hacer un uso responsable en jardines, huertas y piscinas a los vecinos, que se multiplicarán con el verano, tras las pocas lluvias de este año

Imagen de archivo del suministro de agua a los pueblos en verano. Desde la Diputación ya se avanza que podrá llegar a todos aquellos que lo necesiten. - Foto: Alberto Rodrigo

Las escasas precipitaciones durante este año van camino de convertirse en un problema mucho antes de los que suele ser habitual. Hace unos días publicaba este periódico la preocupación de los agricultores, que avanzaban que si no llovía pronto los daños resultarían irreversibles y muchos optarían por no cosechar. Ahora los pueblos burgaleses también muestran su preocupación de cara a lo que pueda ocurrir de cara a los próximos meses, cuando su población se multiplica, y ya han empezado a pedir a sus vecinos que no malgasten el agua.

La situación de sequía preocupa en toda la provincia, aunque de momento no se están produciendo problemas por falta de abastecimiento, confirman desde la Diputación de Burgos. El pasado año se repartieron más de tres millones de litros en cisternas y, aunque todavía parece pronto para llegar a dicho extremo, se asegura que aunque haya más necesidades de suministro está garantizado el agua potable a todos los vecinos del medio rural. «Se han realizado bastantes actuaciones en los municipios, con sondeos, pozos o sustituciones de tuberías, aunque pese a los miles de euros que se han invertido en la provincia parece que no se acaba», explica Ramiro Ibáñez, diputado provincial, que añade que las nuevas infraestructuras ofrecen una mayor tranquilidad.

Desde los propios municipios confían en que haya lluvias durante las próximas semanas para evitar problemas graves, pero ya se ponen en lo peor en caso de que no caiga todo lo que se necesita. En municipios como Sasamón ya han sacado un bando para solicitar a sus vecinos que utilicen «lo necesario y no se malgaste». El pasado año no hubo problemas y «de momento hay agua», asegura el alcalde, Fernando Sadornil. Aunque cree que no les faltará, ha decidido pedir «colaboración» en vistas de lo que pueda ocurrir si se prolonga en el tiempo esta situación. Además, ya se ha adjudicado la última parte que quedaba para renovar la red de abastecimiento municipal, lo que permitirá incorporar nuevas tuberías y evitar pérdidas y roturas.

En Hinojar de Cervera, pedanía de Santo Domingo de Silos, tuvieron bastantes problemas el pasado verano y hasta allí se enviaron varios camiones cisterna para abastecer a los vecinos. «En invierno viven cuatro personas, pero luego llegan a los 200», comenta Emeterio Martín, alcalde Silos. Para solucionar este problema han llevado a cabo una perforación a 130 metros en el pueblo y con esta medida esperan dar por solucionada la cuestión. «Ahora de momento no lo estamos utilizando y será a partir de junio, ya que en la actualidad hay agua de los manantiales», afirma. En el propio Silos tienen tres líneas de abastecimiento, pero por ahora emplean la natural -un manantial- y en verano utilizan dos pozos de bombeo debido a que el consumo se dispara.

Uno de los clásicos municipios que demanda agua cada vez que llega la época estival es Castrojeriz, que experimenta un gran crecimiento de la población y su alcaldesa, Beatriz Francés, ya avanza que «si no llueve puede ser un problema serio» aunque de momento están bien. «El pasado verano no fue mucho, aquí solo utilizamos media docena de cisternas, pero un año nos llegamos a gastar hasta 60.000 euros solo en agua, una barbaridad», comenta la alcaldesa. Considera que la gente que llega al pueblo, visitantes y veraneantes, deberían estar más concienciados sobre este problema.

Variedad de medidas. La mayoría de municipios están buscando diversas medidas en previsión de lo que pueda suceder. El pasado verano en Caleruega tuvieron que realizar, por primera vez, cortes de agua por las noches y la alcaldesa, Lidia Arribas, teme lo que pueda ocurrir este año. «Nunca nos quedamos sin agua, el problema es que se nos vaciaba el depósito por alto consumo al multiplicarse la población», manifiesta. Por esa razón, decidieron regularlo. «¿Cómo te puedes preparar para esto?», se pregunta tras las pocas precipitaciones de estos últimos meses. Existe miedo por lo que pueda ocurrir y ya se han tomado medidas como regular el agua en el campo de fútbol o instar a la gente que tiene huerto a emplear el depósito de fitosanitarios de un pozo municipal que cuesta un euro los 750 litros, «para que la gente riegue de ahí y no del agua corriente».

Villarcayo ha sacado recientemente a licitación un contrato, por valor de 41.000 euros, para suministrar una cisterna con plataforma para el transporte de agua potable -que se instale sobre el camión municipal- a pedanías de la localidad. Se plantea para tratar de solucionar situaciones excepcionales y puntuales del servicio de abastecimiento en caso de problemas con el agua, pero también se menciona en el pliego que permitirá seguir prestando el servicio en situaciones de sequía o averías.

«Allí donde hay que llevar agua suelen ser recurrentes año tras año y precisamente ahí es donde más se ha intervenido», asegura Ramiro Ibáñez, que insiste en que aunque preocupa la sequía no pone en riesgo el suministro de agua a los pueblos. Eso sí, como comentaban los diferentes alcaldes burgaleses, pide «responsabilidad» tanto en piscinas privadas como en huertos.