Basta con ver cómo conecta Enyer Lebrón su crochet de izquierda en la pera de entrenamiento para entender que el chico no está en el gimnasio para pasar la tarde. Al igual que sus compañeros, el campeón de España de categoría junior en menos de 60 kilogramos suda la gota gorda en el entrenamiento colectivo programado por el club SaltandoCharcos para jóvenes de entre 14 y 17 años.

No es el único oro nacional en la modalidad de boxeo olímpico presente en la sala.Mezclado entre el resto de practicantes se encuentra IsmaelEzzaidani, doble campeón en 2021 y 2022 en menos de 48 kilos.El chaval, también de 16 años, se mueve como una anguila y ríe en cada ejercicio. Es uno más y está en su salsa. «No hacía mucho en casa y un día mi hermano me propuso probar con el boxeo.Me gustó y hasta ahora», explica con naturalidad y sin perder el foco a pesar del éxito. «Aún me queda mucho camino y hay que ir poco a poco», advierte.

Hijo de marroquíes, Ezzaidani es uno de los numerosos casos de «emigrantes de segunda generación» que respiran burgalesismo por los cuatro costados. «Soy de Gamonal», matiza con orgullo.Por su parte, Lebrón es de origen dominicano.Nacido en Burgos, también es «del barrio» y encontró en el club una motivación clave para su vida.

«De pequeño me peleaba mucho en el colegio y mi madre quería que cambiase. Habló con ÓscarCaballero, un entrenador que trabajaba para formar a las personas», recuerda este púgil de destacada trayectoria y con un físico privilegiado para practicar boxeo olímpico. «Ganar el Campeonato de España era un sueño que quería conseguir y no ha sido fácil. Ha habido malos momentos y estoy orgulloso», celebra.

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