Le piden 7,5 años por abuso sexual y robo a una joven ebria

F.L.D.
-

La fiscal le acusa de aprovecharse de su estado de embriaguez para realizar tocamientos y sustraerle joyas y un móvil

El juicio se celebrará a finales del mes de junio. - Foto: Patricia

La Audiencia Provincial juzgará el próximo mes de junio a M.C.G. como presunto autor de un delito de abuso sexual y hurto hacia una joven ebria. Unos hechos ocurridos el 20 de octubre de 2018 en un piso de la Barriada Juan XXIII tras una noche de fiesta. El Ministerio Fiscal pide para el acusado la pena de siete años y medio de prisión por ambas infracciones. 

Según el relato de la fiscal, la víctima salió esa noche en un primer momento por la localidad de Pedrosa del Príncipe y después se desplazó a Burgos capital, donde consumió alcohol y drogas en diferentes establecimientos de Las Llanas, las Bernardas y, finalmente, en el Klymax. La fiesta duró, estima la acusación pública, hasta las 7 de la mañana del día siguiente, cuando llegó a un domicilio acompañado por el procesado y la madre de éste. 

La joven no se despertó hasta las 23 horas del día 21 de octubre. Lo hizo sobre la cama de una de las habitaciones de la vivienda con la misma ropa que el día anterior. No obstante, al despertarse observó que no llevaba el sujetador, el cual estaba en el suelo, que tenía la cremallera del pantalón rota y moratones en sus piernas. Pero es que, además, echó en falta tres anillos y un pendiente de aro de oro, una cadena, un teléfono móvil y sus zapatillas. En esas condiciones, y al no recordar nada, abandonó el inmueble. 

En el Hospital Universitario de Burgos fue examinada por un médico forense que halló diferentes heridas, algunas de ellas en los muslos y también en el glúteo, siendo algunas, matiza la Fiscalía, «anteriores a los hechos enjuiciados». No se observaron lesiones en la zona genital. Las pruebas del estudio toxicológico revelaron un consumo de alcohol, cocaína, anfetaminas y MDMA. El grado de intoxicación etílica era moderado/importante. 

Según la fiscal, M.C.G. aprovechó que la joven tenía anulada su voluntad dado el previo consumo de alcohol y estupefacientes para realizar «actos atentatorios contra su indemnidad sexual, accediendo carnalmente sobre ella por vía vaginal». A su juicio, la víctima «tenía anuladas sus capacidades intelectivas y volitivas», no mediando por tanto «consentimiento válido en los actos llevados a cabo por el acusado». 

Con la joven todavía en el domicilio de la Barriada Juan XXIII, prosigue la fiscal, sobre la cama de una habitación en la que se perpetraron los hechos, M.C.G., «guiado por el ánimo de obtener un ilícito beneficio en detrimento del patrimonio ajeno», se llevó diversos efectos de la víctima. El valor total de lo sustraído es de 725 euros.

La acusación pública considera que los hechos descritos son constitutivos de un delito de abuso sexual recogido en el artículo 181 del Código Penal y otro de hurto. Concurre además el agravante de superioridad en relación a la segunda infracción. Por ello, por el primero solicita la pena de seis años de prisión y por el segundo de uno y medio. 

Además, reclama que el acusado tenga prohibida la aproximación a la víctima y comunicarse con ella durante un periodo de ocho años. En cuanto a la responsabilidad civil, pide que M.C.G. indemnice a la joven en 3.000 euros por el daño moral causado y pague los 725 del valor de los efectos sustraídos y que no recuperó. El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial a finales de junio.