San Amaro estrenó en agosto un tercer punto de medición

H.J.
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Una sencilla cámara, que en este caso carece del panel informativo de los otros dos emplazamientos, controlará los aforos de bicicletas en la zona del campus universitario

El dispositivo cuelga de una farola. - Foto: Valdivielso

La avenida de José María Villacián Rebollo, a la altura del complejo deportivo de San Amaro, estrenó el mes pasado el tercer punto de medición de aforo de bicicletas con el que cuenta la ciudad. «Es un punto estratégico porque por él pasan muchos usuarios vinculados a la Universidad de Burgos y porque con él cubrimos la zona oeste de la capital, así que entendemos que puede facilitarnos datos significativos», explica el concejal de Tráfico, Adolfo Díez.

En efecto, bajo su visor pasarán cientos de universitarios que diariamente se desplazan al campus de la UBU, pero también los vecinos del barrio del Pilar o de Bakimet en su trayecto hacia el centro histórico.

 El medidor es mucho más discreto que los otros dos ubicados en la plaza Vega o en la avenida de la Paz. Al contrario que estos últimos, no cuenta con una gran pantalla en la que se visualicen los datos en tiempo real, que diga cuántas bicis han pasado hoy, su comparación con los vehículos a motor o la evolución de los datos en las últimas semanas. Se trata simple y llanamente de una pequeña cámara colocada en una farola.

«Es una inversión más pequeña, de alrededor de 4.000 euros, mientras que con la pantalla la cantidad se triplica», añade el edil: «Teniendo en cuenta las limitaciones presupuestarias, si optamos por estas cámaras más sencillas podremos colocar un mayor número por la ciudad y nuestra idea de cara al futuro próximo es aplicar esta fórmula en la zona este, quizás por el entorno de la avenida Castilla y León y el río Vena».

Así, el Consistorio irá adquiriendo cada vez un conocimiento más amplio sobre el volumen de circulación de bicicletas y su distribución por los diversos puntos de la ciudad. Habrá que esperar varios años, en cualquier caso, hasta disponer de un volumen de información que pueda apenas aproximarse a la que ya se maneja sobre el tráfico de vehículos convencionales y que ayuda a tomar decisiones sobre la configuración del viario.