La antigüedad de los coches implicados en accidentes mortales se duplica en la crisis

Gadea G. Ubierna / Burgos
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En los siniestros con fallecidos que se produjeron en la provincia en 2008, los vehículos tenían una media de seis años y en 2014, doce años y tres meses. Es más que en España

La DGT lleva meses advirtiendo de que en los últimos años se está produciendo un envejecimiento del parque móvil español que está teniendo consecuencias directas en el incremento de la siniestralidad, y cada vez son más las estadísticas que prueban hasta qué punto hay relación entre estos factores y la situación socieconómica por la que atraviesa el país. Por ejemplo, las relativas a la antigüedad media de los vehículos implicados en accidentes mortales antes de la crisis y ahora, que en el caso de Burgos no es que haya aumentado, es que se ha duplicado. Si en 2008 se constató que en los accidentes con muertos los coches tenían una media de 6 años, en 2014 tenían 12 años y tres meses. Más que la media nacional, de doce años y un mes.

La directora general de Tráfico, María Seguí, hizo público a primeros de julio el balance definitivo de siniestralidad del año pasado y corroboró lo que ya se vaticinaba con los datos provisionales:en 2014 hubo un incremento de la movilidad por carretera, con más conductores de edad avanzada al volante de coches más viejos «y, desafortunadamente, con más accidentes con víctimas», afirmó. Y a la hora de buscar causas a un hecho irrefutable, Seguí apuntó directamente al envejecimiento del parque móvil, afirmando que más de la mitad de los coches que circulan por las carreteras españolas tienen más de diez años. Unos datos que son extrapolables a la provincia de Burgos, en la que según información facilitada a finales del año pasado, el 58% de los 248.000 coches dados de alta se habían matriculado antes de 2004. La mayor parte eran turismos, seguidos por furgonetas y camiones. Y extrapolables son también los relativos a la antigüedad de los coches que protagonizan accidentes con muertos. Seguí afirmó que la media nacional en vías urbanas fue en 2014 de 13,3 años y en vías interurbanas, de 12,1 años. En Burgos hay que sumar dos meses, por lo que la coincidencia, de nuevo, es casi plena.

A treinta días

La estadística provincial se ha obtenido tras un exhaustivo análisis de los datos de siniestralidad de Burgos en los dos ejercicios escogidos para la comparación: 2008, año que de forma generalizada se considera el primero de la crisis y 2014, que es el último con datos oficiales cerrados. Y se comprueba que el año pasado concluyó con menos accidentes con víctimas (718 frente a los 786 registrados en 2008) y también con menos fallecidos (24 frente a los 57 de 2008, en ambos casos teniendo en cuenta la evolución durante los 30 días siguientes al siniestro y no solo las 24 horas posteriores). Y a esto hay que añadir que hubo menos heridos (1.028 en 2014 y 1.245 en 2008, también con datos a 30 días). Es decir, estas cifras permitirían llegar a la conclusión de que la evolución es positiva, pero la variable de la antigüedad de los turismos obliga a introducir algunas preguntas.

Menos mantenimiento

La primera de ellas es, obviamente, cuál hubiera sido la estadística si la media de edad del parque móvil accidentado se hubiera mantenido en los seis años previos al estallido de la crisis. Y, sobre todo, teniendo en cuenta que hay multitud de estudios que prueban que cuanto más viejo es el coche más mantenimiento necesita y, sin embargo, este es uno de los factores en los que más se está intentando ahorrar.

El pasado miércoles, el Real Automóvil Club de España (el RACE) divulgaba un estudio realizado por el Observatorio Español de Conductores en el que se asevera que alrededor de siete millones de vehículos están circulando con mantenimiento incorrecto al retrasar las visitas al taller y más de medio millón no ha pasado revisión alguna. Esto, como es lógico, tiene una relación proporcional con el riesgo de sufrir un accidente.

Pero el documento divulgado va más allá, porque prueba que los propietarios de los vehículos más viejos son aquellos más despreocupados y quiénes menos invierten en un mantenimiento que, también lógicamente, va a ser más costoso que en un vehículo nuevo. De hecho, en la franja de vehículos de más de quince años es en la que mayor porcentaje de encuestados afirmó no pasar nunca una revisión y también eran más quienes reconocían hacerlo con menos frecuencia de la recomendada.