Atienden menos mordeduras de víbora, pero algunas son graves

F.L.D. / Burgos
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El servicio de Urgencias del Hospital Universitario de Burgos apenas trata a cinco personas por accidentes ofídicos en el verano más tranquilo desde que se conformó esta unidad especializada

Víbora hallada la pasada primavera en la Bureba. - Foto: DB

En el servicio de Urgencias del Hospital Universitario auguraban un verano ajetreado por las mordeduras de víbora. Básicamente porque la tendencia de los últimos años era alcista, más aún con la mayor frecuencia de olas de calor, el mejor aliado de estos reptiles. Pero, sorprendentemente, el verano ha sido de los más tranquilos de los últimos años, y eso que los termómetros han marcado algunos días temperaturas de récord. Apenas cinco accidentes en estos dos meses. Algunos, eso sí, graves. 

Según fuentes del HUBU consultadas, en el servicio de Urgencias, donde algunos profesionales se han encargado de elaborar un minucioso protocolo de actuación para atender estos casos, están acostumbrados a tratar una media de diez picaduras de serpiente al año, una de las cifras más altas de España. La mayoría, sin embargo, suelen ser mordeduras secas o de Grado 1, las cuales sí inoculan veneno pero no el suficiente para tratarlo con el antídoto. Sin embargo, este año ha habido un par de casos que han llegado con una intoxicación avanzada y que han obligado a una hospitalización de varios días, aunque han evolucionado favorablemente.

Al margen de estos dos casos, en el HUBU están realmente sorprendidos de que haya habido tan pocos accidentes ofídicos. Más aún teniendo en cuenta que se han dado jornadas de calor extremo, especialmente a finales de julio y en agosto, que podrían haber favorecido la salida de este tipo de animales y, por ende, las picaduras. No en vano, ya hubo primeros avistamientos en la provincia en el mes de mayo, cuando comenzaron a subir las temperaturas. 

El mencionado grupo de trabajo, en el que se integran profesionales de toxicología, cirugía plástica, pediatría, UCI pediátrica y farmacia, está ultimando una guía de respuesta sanitaria ante estos ataques tras cuatro años de investigación de casos y de diversos estudios en la materia. Entre otras cosas, han realizado un mapeo de los lugares donde es más frecuente encontrarse víboras. Las Merindades es el lugar más común, pero también Fuentes Blancas y zonas con vegetación de entornos urbanos. Lejos de conformarse con especies autóctonas, han incluido algunas exóticas ante la proliferación de mascotas de este tipo. Asimismo, integran otros animales como arañas, alacranes o, incluso, murciélagos. 

Para completar toda esa información están en contacto con otros grupos, algunos internacionales. De hecho, está previsto que viajen a Costa Rica, donde están los grandes expertos en la materia, para observar cómo trabajan.