Entre 1936 y 1946 fueron enterradas en el cementerio municipal de San José más de 700 víctimas de la represión franquista. Esta mañana la Coordinadora Provincia para la Recuperación de la Memoria Histórica (CRMH) ha inaugurado las 16 placas que recuerdan a quienes fueron perseguidos y asesinados durante la Guerra Civil y los años posteriores. "Han pasado demasiados años, y aunque sea tarde, hoy estamos aquí para acabar con una deuda histórica de la ciudad", ha expresado la presidenta de la asociación, Sol Benito. Las familias han rendido homenaje a sus abuelos, tíos y padres. 850 personas a las que, tras un largo y arduo trabajo, se ha logrado identificar. "Cada uno de estos nombres representa no sólo la pérdida del mayor bien que todo ser humano tiene, la vida, sino que termina también con el duelo de las familias por el fallecimiento de un ser querido", ha aclarado Jaime González, nieto de Agapito Leiva, víctima de la dictadura.

Familiares y representantes de los represaliados han narrado ante los presentes las duras y emotivas historias de lo que pasaron sus abuelos y tíos, de búsquedas incansables de cárcel en cárcel y cartas de despedida de los fallecidos. Al terminar el acto, se han leído en voz alta cada uno de los nombres de las personas asesinadas y arrojadas a la fosa común del cementerio sobre la que se ha instalado el memorial, y sus descendientes han depositados cientos de claveles rojos sobre los nombres grabados en las placas. La Coral de Cámara de Vadillos ha interpretado varios poemas y cantos durante la inauguración.