La nula cobertura en Carrias casi acaba en desgracia

S.F.L. / Carrias
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Vecinos de la localidad burgalesa consiguieron activar el servicio de emergencias sanitarias pasados más de 10 minutos desde que una hija encontrara al hombre inconsciente tras un infarto. Tuvieron que subir a un monte y llamar porque no había línea

Desde la localidad exigen que se solucionen los problemas que afectan a la cobertura telefónica urgentemente. - Foto: S.F.L.

Los familiares de un vecino de Carrias de 74 años que el pasado martes sufrió un microinfarto mientras trabajaba en la huerta tardaron más de diez minutos en avisar a los servicios de emergencia. La razón es contundente: la falta de cobertura telefónica les impidió hacerlo antes, viéndose obligados a conducir por un lado a más de dos kilómetros de distancia del casco histórico del pueblo y por otro ascender a un alto en el que los móviles volvieran a tener red. Finalmente lo consiguieron y el afectado salió adelante, a pesar de que «la asistencia se retrasó más de lo deseado al permanecer incomunicados día sí y día también», declara a este periódico una de sus hijas. 

El hombre se encontraba en la parte trasera de su vivienda cuando por causalidad le hallaron desvanecido en el suelo «a saber desde cuando», comenta la familiar, que agradece que en ese momento en el pueblo había bastantes personas que de inmediato se movilizaron para llamar al 1-1-2. «A pesar de que éramos conscientes de que no había cobertura desde el lunes, intentaron llamar sin éxito a este número que suponíamos que funcionaba en cualquier caso. Pero no. Yo estaba en Burgos y recibí una llamada a través de Whatsapp de su hija alertándome de lo sucedido y pedirme que diera aviso. Otros realizaron la llamada desde el monte. Es indignarte que en esta época no dispongamos de un buen servicio de telecomunicaciones», manifiesta con enfado la alcaldesa, Margarita Campomar.

En cuestión de 20 minutos se presentó un helicóptero sanitario y una ambulancia cuyo equipo realizó la reanimación del vecino, que permaneció aproximadamente «media hora desmayado. Allí mismo consiguieron reanimarle y le trasladaron al Hospital Universitario de Burgos, donde se ha recuperado bien y ya le han dado el alta médica», explica su hija. No obstante, denuncia que la problemática que alargó la asistencia de su padre es una amenaza a la que los vecinos de la zona se enfrentan a diario. «Este suceso provoca que afloren las carencias de los habitantes de este y otras localidades que sufren las consecuencias de la España vaciada, ya que si alguien sufre un ictus o infarto no puede avisar porque la mayoría de los días carecemos de línea en los teléfonos fijos y en los móviles. No nos quejamos por quejar, es un asunto serio que puede cobrarse una vida», clama la regidora.  

Los vecinos del municipio llevan años recriminado a Telefónica que solucione los problemas de comunicación ya que solo pueden hablar durante 15 segundos, a partir de ese tiempo, las llamadas se cortan, o directamente no llegan a producirse. Campomar sostiene que nunca habían pasado por una situación tan grave pero que en «cualquier momento se puede dar ya que la mayoría de las personas que residen los 365 días del año son muy mayores. Desde abril se nos ha estropeado el repetidor en más de diez ocasiones, y a pesar de nuestras quejas, vienen, se supone que lo arreglan y a los dos días otra vez estamos en las mismas», critica. Una mujer de avanzada edad tiene un servicio se teleasistencia y desde lo ocurrido teme quedarse sin él en caso de necesidad. «Ante estos casos nada podemos hacer, por ello urgimos a las administraciones que nos ayuden con la sustitución del repetidor», añade.