Excesivo castigo para el Burgos CF

Juan Carlos Moreno / Burgos
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Tres disparos al palo y un gol fantasma. El equipo burgalés fue mejor que el Oviedo en la primera parte y sus jugadores reclamaron como gol un remate de Cristian que pudo entrar tras pegar en el poste en el minuto 18

Fernando Carralero fue uno de los jugadores más destacados en la primera parte. - Foto: Luis López Araico

Burgos CF 0 - Real Oviedo 2

 

Burgos CF: Álvaro; Andrés, Maureta, Quesada, Dani Guillén, Álex Cruz (J. Hernández, M-36), Moke, Beñat (Gabri, M-78), Carralero, Jorge Sáez (Gabri Gómez, M-73) y Cristian.

 
Real Oviedo: Esteban; Nacho, Dani Bautista, Jonathan Vila, David Fernández, Jon Erice, Susaeta (Eneko, M-92), Borja Valle (Johannesson, M-81), Linares, Generelo y Sergio García (Allyson, M-74).
 
Árbitro: Brea Pon, del colegio gallego. Expulsó a Nacho (79’). Amonestó por el Burgos a Andrés, Dani Guillén, Quesada, Jorge Sáez y Álex Cruz (cuando estaba en el banquillo); y a Bautista, Erice, Valle y Generelo, del Oviedo. 
 
Goles: 0-1, M-9; Susaeta. 0-2, M-45; Sergio García.
 
Público: Unos 3.500 aficionados. Se guardó un minuto de silencio por Bienvenido Nieto.
 
El Burgos CF recibió ayer un castigo demasiado duro frente al Real Oviedo. El cuadro burgalés fue superior al líder del grupo durante los primeros 45 minutos y se fue al descanso con dos goles en contra.  Un disparo al palo de Carralero en el segundo minuto y otro de Cristian (Minuto 18) que pudo traspasar la línea de gol y que el árbitro sacó fuera fueron las dos grandes oportunidades del Burgos, frente a un Oviedo que sí supo rentabilizar sus oportunidades con un tanto de falta de Susaeta y un gol de Sergio García en la última jugada de la primera mitad. En la segunda, el conjunto ovetense aprovechó el cansancio local y jugó a mantener su renta y llevarse los tres puntos que le permiten ampliar su ventaja en la primera plaza de la clasificación.
El partido comenzó con sorpresa en la alineación del Burgos. Gonzalo Arconada apostó por Jorge Sáez en lugar de Gabri Gómez y la apuesta salió bien porque el madrileño formó una pareja perfecta con Carralero. Además, la salida del equipo al partido fue de máxima intensidad, presionando al Real Oviedo y buscando la portería contraria. Además lo hizo por la banda izquierda, por la zona helada, donde los jugadores oviedistas tenían más problemas para defender. Y fue por ahí por donde comenzó el acoso burgalés a la meta de Esteban. La primera gran oportunidad no se hizo esperar y fue una acción que comenzó Carralero. El gaditano combinó con Jorge Sáez y con Cristian y lanzó un fuerte disparo que se estrelló en la cepa del poste. Alentados por el público, el Burgos siguió intentándolo y un remate de Cristian lo mandó Esteban a córner.
El Oviedo no había dado señales de vida y bastante tenía con frenar las acometidas burgalesas. Sin embargo, en su primera llegada se puso por delante, con una falta que sacó Susaeta y pilló por sorpresa a Del Val. El fútbol castigaba al que mejor estaba jugando. Y la injusticia fue aún mayor cuando en el minuto 18 llegó el remate de Cristian al larguero y al palo tras revolverse en el área rodeado de contrarios. El rechace posterior fue rematado fuera por Beñat, cuando estaba totalmente solo.
Fue una magnífica acción que muchos cantaron como gol y que los jugadores del Burgos, sobre todo el propio Cristian, reclamaron al colegiado. Pero el gallego Brea Peón no lo vio así y mandó seguir el juego.
El Oviedo, replegado en su campo, buscaba alguna contra y en una de ellas Linares remató fuera un servicio desde la banda.
La mala suerte se cebó poco después en el Burgos y más concretamente en Álex Cruz, cuando en un giro quedó lesionado sobre el césped, doliéndose de su hombro. El canario tuvo que ser sustituido y entró en su lugar Javi Hernández.
El Burgos siguió buscando el empate y ya en el filo del minuto 45 Cristian lo intentó, obligando a Esteban a intervenir. Pero definitivamente la fortuna dio la espalda al equipo de Gonzalo Arconada y  un error en un saque de banda con el tiempo ya cumplido permitió a Susaeta montar un contragolpe perfectamente culminado por Sergio García ante un dubitativo Álvaro del Val en su salida. Este tanto destrozó al Burgos, a un equipo que había dominado la primera parte y que se iba al descanso con el partido prácticamente perdido.
La segunda parte ya fue otra cosa. La intensidad de la primera parte dio paso al cansancio y el agobio del Real Oviedo se convirtió en control del juego. Pese a ello el Burgos lo intentó, sobre todo en acciones a balón parado, aunque la envergadura de los defensores asturianos frenó estos intentos.
Cristian remató rozando el poste un saque de falta de Javi Hernández minutos antes de que Gabri Gómez entrase por un desfondado Jorge Sáez.
En el minuto 79 el Real Oviedo se quedó con un jugador menos por la doble amarilla de Nacho, pero para entonces el Burgos ya estaba sin fuerzas ante un rival de experiencia, acostumbrado a moverse en partidos de este tipo y manejar los tiempos, sobre todo el veterano Esteban. 
Pese a ello aún quedó tiempo para el tercer remate al palo, obra de Cristian, poniendo el punto y final a un partido en el que el Burgos mereció mucho más y acabó con una derrota dolorosa e inmerecida.