La Policía Nacional ha detenido a un pederasta sexagenario con domicilio en el centro de la ciudad después de abusar de al menos tres niños a los que obligó a mantener relaciones bajo amenazas y agresiones. El individuo, burgalés y soltero, llevaba actuando desde hace algo más de un año. Ha ingresado en una prisión del norte de España tras pasar a disposición judicial.

Los chavales de quienes ha abusado eran todos varones, de entre 10 y 14 años de edad y residentes en la capital burgalesa o en pueblos del alfoz. La Comisaría capitalina no descarta que tras conocerse su arresto aparezcan otras víctimas.

El pederasta, que no estaba fichado por la Policía, abordaba a los adolescentes en entornos familiares para ellos, piscinas y zonas de juegos. Entablaba amistad con ellos durante un tiempo, intentando ganarse su confianza. Cuando lo lograba, les proponía efectuar diversas prácticas sexuales con él.  Los chavales no tenían escapatoria, porque si se negaban les golpeaba o amenazaba con secuestrarles. Para conseguir sus fines combinaba las coacciones con pequeños regalos, como chucherías y juguetes.

Piscinas y casa

Para llevar a cabo las prácticas sexuales llevaba a los chicos a los vestuarios de las piscinas que frecuentaba, a su propio domicilio del centro de Burgos o a lugares apartados de la ciudad.  Los hechos traumatizaron a las víctimas, quienes presentan una grave alteración de conducta, con dificultad para conciliar el sueño, pesadillas, descenso del rendimiento escolar e introversión.

Bien por miedo a las represalias del pederasta bien por vergüenza ninguno de los chavales se lo dijo en principio a sus padres. Sin embargo, la familia de uno de los menores, que se encontraba muy mal psicológicamente, acabó descubriendo los hechos y presentó una denuncia ante la Comisaría de la Policía.

Las investigaciones policiales determinaron que no había sido el único chico que había sufrido los abusos de este individuo. Cada una de las víctimas aportó un detalle sobre su persona, edad, el nombre que usaba, indumentaria, la zona de contacto, descripción de su aspecto físico, etc. Con todas esas piezas, los investigadores de la Brigada de la Policía Judicial completaron el puzzle y lograron identificarle.

La Comisaría estableció una operación para dar con él y acabó cayendo en su propio domicilio la semana pasada. El juzgado ha dictado prisión provisional y ha ingresado en una cárcel del norte del país.

La Policía registró la casa del sexagenario, que vive solo y es de personalidad retraída, y requisaron su ordenador por si guardó en el mismo archivos pedófilos o incluso grabaciones realizadas a las víctimas. La Comisaría está revisando todo este material en estos momentos para determinar si hay otros menores que no han denunciado.