Un incendio en una casa cada 10 horas y media en Burgos

G. ARCE
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Antes del excepcional siniestro del valle del Arlanza, que afectó a más de un centenar de inmuebles, los informes de las aseguradoras ya apuntaban que el riesgo de fuego es más elevado en las localidades más pequeñas

Los bomberos de Burgos acuden a Cardeñajimeno al incendio de la chimenea de una casa en la calle Vela Zanetti en una imagen de archivo. - Foto: Alberto Rodrigo

Los 87 inmuebles y 25 bodegas afectados por el incendio forestal ocurrido este verano en las localidades de Santibáñez del Val, Quintanilla del Coco y Santo Domingo de Silos descabalgan cualquier tendencia estadística y multiplican las posibles causas y factores que llevan a que tales catástrofes se produzcan. Los expertos ya apuntan hacia el cambio climático y la subida de las temperaturas o a la falta de limpieza y el abandono de los entornos naturales de los pueblos que da facilidades a las llamas. Pero los informes de las aseguradoras -previos a este verano de fuegos- ya dejaban claro de que los riesgos de que el fuego entre o se genere en un domicilio se multiplican en la medida en el que la población desaparece y se dispersa, como es el caso de provincias como la de Burgos.  

Las localidades más pequeñas, apunta un informe sobre los incendios asegurados elaborado por la patronal del sector, Unespa, tienden a sufrir una proporción de incendios más elevada de las que les corresponde por su peso demográfico, lo contrario que ocurre en las capitales. Se trata de un factor a tener muy en cuenta si como parece, el escenario de veranos de temperaturas extremas y de fuegos desatados se repite en el futuro.

Pese a este riesgo, la probabilidad de un incendio en Burgos -en datos recogidos entre 30 aseguradoras durante el periodo 2020-2021- se encuentra entre las más bajas de las provincias españolas. Atendiendo al número de percances ocurridos en el periodo mencionado y al de asegurados en riesgo, Lugo es la provincia con mayor probabilidad de que se desate el fuego en una vivienda, un 100,2%, y Santa Cruz de Tenerife es la de menor, con el -37,7%. 

Entre estos extremos, Burgos se sitúa en el -3%, en el grupo de catorce provincias entre las que se encuentran algunas de las más pobladas de España, como es el caso de Madrid (-15,9%) o Barcelona                        (-23,5%), donde el riesgo es menor, aunque no el número de siniestros por su tamaño.

De acuerdo con el citado informe, elaborado a partir de los datos extraídos de los 73.000 incendios acaecidos entre el segundo semestre de 2020 y el primero de 2021, Burgos es, además, uno de los lugares donde la proporción de patrimonios asegurados de incendios es superior a su población, un 0,97% de patrimonio frente a un 0,75% de población. En Madrid y Barcelona, que lideran este ranking, la proporción es 14,55% frente a 14,25% en la capital de España y de 13,46% y 11,90% en la capital catalana.

La frecuencia de incendios en hogares en la provincia es de un siniestro cada 10 horas, 26 minutos y 28 segundos, en la parte baja de una media española que se sitúa en un fuego asegurado cada 6 minutos, ubicando el 6,5% de los mismos en Madrid y el 2,4% en Barcelona, donde se detectan incendios cada 49 y 57 minutos, respectivamente, según el informe de Unespa.

En Burgos capital, la frecuencia es de un incendio cada día, 3 horas, 32 minutos y 32 segundos, lejos de Madrid, que alcanza un siniestro cada hora y 46 minutos, y muy por encima del registro más bajo, el de Mataró (Barcelona), que supera el día y las 12 horas...    

La gravedad de los siniestros la marcan sus costes, que en España alcanza una media de 5.600 euros para un total de 500 millones de euros destinados a arreglar daños o indemnizar a los asegurados afectados. 

A este respecto, la gravedad difiere mucho del tipo de inmuebles. Así, el coste medio supera los 50.286 euros si es industria, los 5.400 si es comercio, 4.693 en comunidades de propietarios y se sitúa en 2.683 en viviendas.

En Burgos, el coste medio está en la parte alta de la tabla, 4.444 euros en el periodo 2020-2021. La encabeza San Sebastián (6.533 euros de media) y la cierra la provincia de Teruel (1.429 euros).

Por capitales, el coste medio en Burgos es de los más  bajos en el periodo analizado (1.976 euros, un 65% menos de gravedad que el conjunto de las ciudades españolas). En Alicante, el coste se dispara a los 48.644 euros, el más alto de España con diferencia entre 2020-2021, mientras que Parla (Madrid) registró la media más baja. 1.122 euros.   

Medidas de prevención. La prevención de los siniestros se complica en la medida de que estos, como ha ocurrido en Burgos este verano, tengan un origen forestal, ajeno al interior de los inmuebles, pero con afectación en los mismos. Muchos pueblos y urbanizaciones son vulnerables pues la limpieza de los montes y de los terrenos baldíos de antiguo uso agrario es nula. No hay barreras para las llamas. También es crítico en el mundo rural el uso de las chimeneas y el deficiente cuidado de estas.

Desde un punto de vista más global, que incluye el ámbito rural y también el urbano, las medidas preventivas se centran en el uso de los enchufes, que muchas veces se sobrecargan con los dispositivos móviles.

Asimismo, se insiste en proteger de cortinas y mobiliario las fuentes de calor como las lámparas, los braseros, las chimeneas o las estufas. La cocina es también un foco de riesgo que hay que tener siempre vigilado cuando se utiliza.

El uso de detectores de fuego y humo es recomendado, sobre todo en espacios donde habitan personas mayores, personas con movilidad reducida y niños.

Los expertos recuerdan que en los trabajos de construcción y rehabilitación se usen materiales resistentes al fuego, tanto en las cubiertas del inmueble como en los muebles, suelos o telas, entre otros.