El sector inmobiliario en la ciudad de Briviesca ha vivido ajeno a la inflación, la guerra en Ucrania y los problemas de suministros que tanto han afectado a otros, y durante los últimos 16 meses ha experimentado un gran incremento en la compraventa de viviendas. Comparado con las cifras de años atrás, desde las inmobiliarias aseguran que las transacciones se han «disparado», incluso alcanzado la cifra más elevada desde que estallara en 2008 la crisis inmobiliaria.
Pese al actual momento de incertidumbre económica, las ventas encadenan ya más de un año consecutivo al alza «llegando a vender más de 50 inmuebles, un hito que no se había repetido desde hace 15 años», manifiestan desde una de las oficinas del municipio. Uno de los motivos clave para explicar el boom ante la escasez de obra nueva guarda una estrecha relación con los precios, ya que en contra de las subidas generalizadas que se dan en la mayor parte del país y que rozan cifras imposibles para un importante grupo de población, la capital burebana se ha quedado al margen y ofrece precios irresistibles. En esta ocasión, a diferencia de los niveles previos a la gran recesión, el gran avance se sustenta mayoritariamente en la venta de pisos de segunda mano y no en obras nuevas, que escasean.
Así, prácticamente la totalidad de las viviendas que se compraron durante los últimos meses en Briviesca no eran nuevas y aunque tuvieron salida algunas ofertadas a partir de 9.000 euros, que requieren de una importante reforma y se ubican en las plantas superiores de edificios de poca calidad que no disponen de ascensor, los inversores se han interesado por aquellas cuyo coste ronda los 30.000, que corresponden a un perfil no muy alto, pero se encuentran listas para ser habitadas, con uno, dos o tres dormitorios. Para la sorpresa de algunos, existe la posibilidad de hacerse con un piso a partir de los 15.000 euros «de hasta 70 metros cuadrados, pero sin grandes comodidades, con el sistema de calefacción instalado preparado para entrar a vivir», exponen los agentes inmobiliarios.
La localidad se sitúa como una de las de la provincia con el metro cuadrado más económico, a 518 euros, lo que supone menos de la mitad que si se compara con el conjunto de la provincia, que es de 1.171, según los datos de la web Idealista. Si bien, con el «hachazo del euríbor percibimos que la tendencia tan disparada de ventas se ha normalizado, que no frenado», añaden. Aun así, el municipio dispone de auténticas gangas y se han llegado a vender viviendas por las que en su día pagaron 120.000 euros a 60.000 o 70.000. «Ese abanico de posibilidades, de las que forman parte inmuebles de menos de 30 años de antigüedad, son los que menos salen y quedan pocos», aclara la propietaria de una inmobiliaria.
La ciudad cuenta con más de 200 viviendas en venta con precios que varían desde los 9.000 hasta los 120.000 euros, un hecho que ha generado que familias jóvenes de Barcelona o Madrid hayan optado por trasladarse al municipio.
Alquiler. En torno a 300 o 350 euros al mes de media es lo que paga un arrendador en Briviesca por un piso sencillo ubicado tanto en las calles céntricas como en las zonas más alejadas del casco histórico. No obstante, desde el sector inmobiliario denuncian que existe un perfil de «personas con ideas distorsionadas que no comprende que la vivienda está barata porque también lo es el alquiler, y llegan a pensar que pueden comprar un apartamento a un precio relativamente bajo para después alquilarlo por 400 euros. Una buena inversión la pueden hacer adquiriendo un piso que antes costaba 80.000 por 50.000».