Hace ya tiempo que los vecinos de la zona sur reclaman al Ayuntamiento de Burgos que actúe en el paseo del Empecinado. El discurrir del tiempo se deja notar en una urbanización cada vez más envejecida y en donde, a simple vista, se perciben hundimientos en el pavimento, adoquines desgastados, fracturados... Especialmente sangrante es la imagen junto a la orilla del río ya que, desde hace ya algún que otro mes, una cinta de bomberos y una valla protegen a los viandantes de un muro muy deteriorado en el que uno de sus elementos decorativos, así como parte del vallado metálico, está destrozado. Nada se ha reparado hasta la fecha.

Ante las insistentes peticiones del arreglar este céntrico paseo, la Junta Vecinal del Distrito Sur recibió hace unas semanas una contestación por parte del alcalde, Daniel de la Rosa, en la que el primer edil relataba que había solicitado presupuesto al área de Vías Públicas para conocer el desembolso que tendría que asumir la ciudad para adecentar este espacio.

Vías Públicas tiene ya la respuesta y cuantifica en algo más de 1,3 millones de euros lo que costaría el arreglo del pavimento. Tanto el del paseo, como el del carril bici que discurre en paralelo al Arlanzón. Sin mayor intervención que la de un lavado de cara. Si el Ayuntamiento se decidiera por una actuación más profunda, la inversión será mucho más elevada.

Desde hace meses, una cinta de bomberos protege la valla que se ha caído junto al río. - Foto: Alberto Rodrigo

Con esta información, lo que le corresponde al Ejecutivo municipal es decidir si incluye el arreglo entre sus prioridades. A poco más de tres meses para las elecciones, al equipo de Gobierno solo le quedaría margen para, en el mejor de los casos, incluir una partida en la próxima modificación presupuestaria para poder encargar la redacción del proyecto. Dicho de otra manera, la decisión sobre lo que se hace o no en el Empecinado será de la próxima Corporación municipal.

Hace dos décadas el Ayuntamiento decidió podar los setos que rodeaban al paseo para mejorar la seguridad ya que se trataba de una zona especialmente oscura e incluso peligrosa por las noches y desde esa fecha no se ha intervenido. 

Prueba de que lo único que se ha hecho es parchear los desperfectos es la imagen del pavimento de su calle central, con numerosas  baldosas rotas y con otras se han ido reponiendo con diferentes modelos. Lo mismo que hay un hundimiento del firme, en el camino lateral se aprecia una elevación notable en uno de sus puntos.

La fuente está en muchas ocasiones llena de grafitis y el mobiliario urbano, compuesto por bancos y papeleras, está obsoleto. La solución no llegará pronto.