Sector sociosanitario, educación e industria tiran del empleo

L.M.
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La Seguridad Social suma 15.600 nuevos afiliados en Burgos desde el 2014, el punto más crítico tras la primera crisis económica. Las actividades financieras, las que peor evolución presentan desde entonces

Las academias particulares han elevado su negocio esta década. - Foto: Alberto Rodrigo

Aunque de una intensidad no comparable, la economía burgalesa ha vivido durante el presente siglo dos crisis económicas. La primera, la financiera de 2008, desembocó años después en un enorme aumento de los niveles de paro. La segunda, la derivada de la pandemia de la covid-19, ha logrado mantener -con sus vaivenes- las cifras de desempleo.

Vistos en perspectiva, ambos sucesos han supuesto sendos desafíos para el mercado laboral provincial, uno de los más fuertes de todo el país gracias a la fortaleza que le confiere la industria. En los últimos diez años, los que han transcurrido desde el momento más crítico de Gran Recesión y el 2023, la Seguridad Social ha logrado sumar en Burgos 15.581 afiliados más. De los apenas 129.073 que contabilizaba el Gobierno en enero de 2014 se ha pasado a los 144.654 trabajadores que había en el primer mes del presente curso.

Pero, ¿ha sido una recuperación uniforme de todas las actividades? La respuesta es no. Pero por poco. Las principales ocupaciones que han tirado de la creación de puestos de trabajo en la provincia en la última década han sido las relacionadas con la sanidad y los servicios sociales, las educativas y, como no podía ser de otra forma, la industria. Por contra, las profesiones financieras, aquellas que tienen como protagonista a la banca o los seguros o las que comprenden el suministro de cualquier tipo de energía no han logrado recuperar los cotizantes que tenían en 2014.

En términos cuantitativos, las ocupaciones sociosanitarias son las que más empleos han generado en este periodo: de los 13.300 se ha pasado a los 16.722 actuales, un incremento de 3.422 (+25%). Las estadísticas de la Seguridad Social no entran a discernir si se trata de puestos públicos o de carácter privado, aunque el sector de los servicios asistenciales a personas mayores o las clínicas particulares han elevado sus plantillas de forma considerable en los últimos tiempos. La educación es la segunda actividad que mejores registros anota en cuanto a la creación de trabajo (3.075 más en diez años hasta alcanzar los 10.247 burgaleses) y la que más ha crecido en términos porcentuales (un 42% más de afiliados con respecto a 2014). La pandemia y la falta de profesionales para atender los desdobles de clases que se ejecutaron para impartir las lecciones online han avalado este crecimiento, que se venía produciendo desde hacía tiempo con motivo de la rebaja de ratios.

Resto de actividades. La industria, motor fundamental de la economía burgalesa, se coloca como la tercera que más ocupados ha ganado en la última década: los 28.207 son ahora 31.274, 3.067 personas más. Las actividades administrativas y servicios auxiliares, entendidas como la limpieza, la jardinería, las agencias de recursos humanos o el arrendamiento de todo tipo de vehículos y maquinaria, también suman más afiliados en diez años. Concretamente 1.367 más, alcanzando los 9.178 en la provincia.

Tras este subsector se coloca la construcción, que pese al bajón tras estallar la burbuja de 2008 lleva varios cursos creciendo a muy buen ritmo. Desde 2014 se han incorporado al mercado laboral burgalés 1.232 nuevos trabajadores, llegando a los 10.088.

Tras estos se sitúa la hostelería, el transporte y almacenamiento y las actividades profesionales, científicas y técnicas (arquitectura, ingeniería, investigación y desarrollo...) como actividades que registran más de un millar de nuevos afiliados a la Seguridad Social en 2023 en comparación con el 2014. Las ocupaciones artísticas y recreativas son las que porcentualmente más empleos han ganado (un 48%) mientras que las actividades inmobiliarias, las relacionadas con la información y las comunicaciones, el comercio en todas sus modalidades el suministro de agua y la gestión de residuos se mantienen en unos niveles muy parecidos a los del 2014.

Por contra, en hasta seis estratos del mercado laboral los registros actuales distan de los que se cosechaban hace una década. Donde más queda por hacer es en el sector financiero, que ha dejado por el camino de la recuperación al 24% de su plantilla. A día de hoy son casi 600 trabajadores menos, fenómeno que se explica por los continuos recortes de personal y las prejubilaciones que están ofreciendo los distintos banco al calor de la digitalización de sus procesos.

Las actividades de producción y suministro de energías han dejado por el camino al 20% del personal que tenían en 2014 (ahora son 441 los burgaleses ocupados) mientras que los englobados dentro de la administración pública y defensa, la agricultura, ganadería y pesca y la industria extractiva se acercan mucho a los niveles de hace diez años pero sin rebasarlos. Es más, en los dos últimos la diferencia de afiliados es de 42 y 10 trabajadores respectivamente, mientras que en la primera alcanza los 223 efectivos.