Un día como hoy, tras la conclusión de la Semana Santa y sus actos litúrgicos de Fe y pasión, he de reconocer que debería tratar en estas líneas algún tema de mayor calado trascendental que el que van a poder leer a continuación. Sin embargo, querido lector, quiero aprovechar la ocasión expresa para manifestar, negro sobre blanco, mi mayor sincera admiración por una figura en concreto; la de Álex Izquierdo, técnico de la Arandina C.F. (también la que profeso hacia todo su grupo humano y de trabajo conformado por futbolistas, asistentes, y cuerpo técnico, con Nacho Lobera como segundo de a bordo a la cabeza). 

¿Y por qué?, dirá usted... Pues porque lo que están logrando como equipo (y ya han conseguido), bien merece la pena resaltarse al haber alcanzado cotas de hito histórico tanto para el mundo del deporte de la localidad, como para el del país y me atrevería a asegurar que incluso del continente. Y esto es así porque anteayer, la Arandina acertaba a superar en partido en el recientemente nombrado Estadio Juan Carlos Higuero al Astorga ante cerca de 3.000 aficionados, ganando con ello su liga. Un escenario que bien podría calificarse ciertamente de normal, pero que llegaba con una efeméride singular bajo el brazo: la de convertirse en uno de los pocos clubes que han alcanzado quedar campeones en sus campeonatos sin conocer la derrota. Un Olimpo tan sólo reservado en Europa a Athletic (1930), Real Madrid (1932), Preston (1888), Arsenal (2003), Vercelli (1913), Génova (1923), Perugia (1979), Milan (1991), Juventus (2012), Viktoria Berlin (1920), Nuremberg (1921), Hamburgo (1928), Núnberg (1936), Schalke (1937), Dresdner (1943), y Ajax (1919 y 1995), y del que, a falta de dos jornadas, los ribereños pueden pasar a formar parte. Soñarlo es una cosa. Vivirlo, otra. ¡Gracias!