El HUBU está practicando cirugías programadas en unos 14 quirófanos de los 22 de los que dispone el complejo para pacientes en lista de espera. A estos hay que añadir otros dos dedicados a urgencias y que siempre están operativos, con independencia de si se trata de período vacacional o no.
Esto quiere decir que en la segunda semana de septiembre todavía hay ocho quirófanos en los que no se puede programar actividad; una circunstancia que se explica por las vacaciones del personal (hasta finales de mes no acaba el período vacacional en Sacyl) y por la falta de especialistas que arrastra Anestesiología desde hace cinco años. Una carestía que se traduce en que, salvo meses excepcionales, el servicio suele tener entre seis y siete facultativos menos de los que necesita el hospital para su actividad cotidiana. Y no solo en los quirófanos.
Lo habitual es que se ubique a los anestesistas solo en los quirófanos, a pesar de que son profesionales imprescindibles en muchas otras áreas no quirúrgicas. De entrada, no solo pasan consulta a sus propios pacientes para los preoperatorios, sino que son responsables de las camas para pacientes críticos tras la mayoría de las operaciones, de la zona postanestésica convencional o de buena parte de los pacientes con necesidad de tratamiento en la unidad del dolor. Y eso sin entrar de su papel en los paritorios o en otras áreas en auge como la radiología intervencionista. Es decir, que la falta de anestesistas impacta directamente en los quirófanos, pero también en otras muchas áreas del hospital que ahora dependen de esta especialidad.
De ahí que el HUBU lleve tiempo reclamando un aumento de la plantilla orgánica de Anestesia, que sobre el papel es de 41 especialistas. El servicio considera que, para su carga de trabajo y población de referencia actual, debería contar con, al menos, 18 facultativos más.
La actividad quirúrgica programada siempre desciende en verano por las vacaciones del personal; y no solo de especialistas cirujanos, sino también de enfermería y auxiliares. Es de esperar que a partir de octubre se retome el ritmo.