Alcalde de la Merindad de Río Ubierna, presidente de la junta vecinal de La Molina de Ubierna, del Consorcio de la Vía Verde del Santander-Mediterráneo y ahora también -en funciones- de Adeco Bureba. José María del Olmo reconoce dar a basto con tanta gestión por estar jubilado. 

¿Cómo accedió a la presidencia de Adeco Bureba?

Ha sido un poco diferente. Antonio Gallego, antiguo presidente, pertenecía a la junta directiva de la Cámara de Comercio de Briviesca. En las últimas elecciones celebradas no salió elegido, por lo que no podía representar a la entidad en Adeco Bureba y se vio obligado a dejar el cargo. En aquel momento yo era el vicepresidente y mis compañeros y algunos socios me animaron a que tomara las riendas.

¿Tiene intención de aguantar en el cargo toda la legislatura?

Ahí estoy. Existen varias posibilidades: la primera que yo mismo convoque elecciones a la presidencia, la segunda que me lo pidan desde la junta directiva, y la tercera quedarme hasta 2025. No tengo ningún problema en asumir el puesto hasta entonces siempre y cuando el equipo al completo de Adeco Bureba esté de acuerdo, así que la decisión final la dejo en sus manos.

¿Se había planteado con anterioridad la posibilidad de presidir esta entidad? 

Jamás, bajo ningún concepto. Si no hubiese sido por esta circunstancia seguiría como vocal y representante del Ayuntamiento de Merindad de Río Ubierna. Cuando nos enteramos de que el anterior presidente tenía que dejar su cargo me propusieron. No sé que verían en mi pero acepté el reto, y casi tres meses después aquí sigo con ganas.

¿Cómo se enfrentó a lo que se le venía encima sin esperarlo? 

Cuando se da un paso en este sentido no cabe duda de que hay mucha responsabilidad en juego porque la Asociación para el Desarrollo Comarcal Bureba es una entidad de mucho peso dentro de la provincia. Es bonito hablar las cosas pero la realidad de llevarlas a cabo a buen puerto es otra. Reconozco que me cuestioné si podría o no hacerlo.

¿Qué supone para usted ostentar la presidencia de Adeco? 

Es un doble reto, porque por un lado asumes la responsabilidades de hacerlo todo bien, de intentar incluso mejorar si es posible, pero con la presión de haber tenido dos predecesores como José María Martínez y Antonio Gallego. Han sido un ejemplo para todos los pueblos involucrados e intentaré igualar, al menos, la huella que ambos han dejado.

¿Los inicios están siendo complicados? 

El arranque cuesta porque hay muchos conceptos y labores nuevas que aprender. Las situaciones o los problemas se ven desde distinto ángulo cuando ocupas un cargo de vocal o socio. Ahora el compromiso y las obligaciones recaen sobre mi persona. Las firmas, aprobar los proyectos, rechazar otros… es una tarea compleja que hasta que se coge aire cuesta desempeñar. Sin embargo, tengo toda la ilusión del mundo por hacer las cosas lo mejor que pueda. 

En el caso de que considere que hay que realizar algún cambio, ¿cuáles plantea introducir?

Si algo funciona correctamente no veo necesario tener que alterarlo. Los cambios vienen dados por otras circunstancias. Pero sí considero importante facilitar las cosas desde Adeco a las personas que pidan nuestra ayuda como las tramitaciones, el papeleo a la hora de solicitar una subvención o la manera de acceder a ellas. En definitiva, simplificar los pasos a seguir y asesorar a los emprendedores que pretendan desarrollar algún proyecto para que lo puedan ejecutar con nuestra ayuda. En todo caso, en este sentido la junta directiva tiene mucho que decir. 

¿Qué cree que aporta al medio rural esta organización? 

Muchísimo en todos los ámbitos. Conozco bien al medio rural porque soy de un pueblo pequeño y compruebo a diario como la gran mayoría van a menos. La España vaciada, ese término tan manoseado que muchos utilizan pero que poco se hace para frenarlo. Queda claro que una asociación como Adeco ayuda a ralentizar, y mucho, esa situación. Se preguntarán que cómo. Dando la mano a proyectos que invierten en generar puestos de trabajo o a la apertura de negocios familiares. Todo ello coopera en frenar el vacío de los pueblos. 

Por otro lado, considero que la agrupación debiera tener más peso y más que decir en cuestiones económicas porque muchos de los planes que presentan se quedan fuera de recibir ayudas por los motivos que sean.

¿Cómo podría mejorar la labor que se desarrolla? 

La cuestión económica quizás sea de lo más peliaguda, pero sinceramente creo que se tiene que dotar a los grupos de acción local que hay en la provincia de más presupuesto, porque son los que mejor conocen el medio rural, el movimiento que hay, los problemas existentes y la situación personal de cada uno.

¿Con qué planes cuenta Adeco Bureba a corto y medio plazo? 

Los planes de alguna manera vienen dados sobre la marcha porque la entidad se ve sometida y controlada por organismos superiores. Así que de momento no puedo responder a esto. 

¿Tiene futuro el medio rural? 

Futuro tiene, muy complicado sobre todo para aquellas localidades alejadas de un núcleo grande.  Tendemos a irnos a las ciudades porque nuestras necesidades quedan más cubiertas. En los pueblos no hay servicios y creo que está en nuestras manos y en la de las administraciones públicas tomar medidas para que no desaparezcan. La conexión a internet, por ejemplo, resulta fundamental para atraer vecinos. Comprendo que las entidades públicas realizan lo imposible pero deberían hacer un esfuerzo y destinar más dinero para mantener la vida en ellos. 

En cuanto al potencial del territorio de actuación de la Asociación, ¿hacia dónde puede dirigirse?

Estamos en un territorio totalmente diferente en cada punto cardinal. Lo componemos más de 200 pueblos y más de 70 consistorios. Tenemos la gran suerte de contar con entornos naturales privilegiados y lugares con mucho encanto. La promoción de todos ellos es una de las líneas de trabajo que seguimos. 

¿Avanza la Ruta del Románico?

El proyecto acaba de salir del horno. Para su puesta en marcha se ha creado la marca, una página web y varios perfiles en las redes sociales.