A las puertas de la Semana Santa, las casas rurales de la Ribera del Duero registran una ocupación que ronda el 80%. Un dato que extraña en el sector ya que esta siempre ha sido una de las épocas más fuertes del año y normalmente las reservas llegan con bastante antelación.  «Todavía hay algún alojamiento libre», apunta Ana Belén Velasco, secretaria de Acriduero, una asociación que engloba a 44 casas rurales de distintas localidades ribereñas como Tubilla del Lago, Villanueva de Gumiel, Valdeande, Nava de Roa o Campillo de Aranda. Admite que  no han recibido tantas llamadas como otros años y que, en líneas generales, todo el mes de abril se presenta más flojo de lo habitual a pesar de que también incluye el puente del día 23, festivo en Castilla y León.

Entre los motivos que podrían explicar que los alojamientos rurales de la comarca todavía no rocen el lleno a diferencia de lo que ocurre en otros puntos de España, donde ya han colgado el cartel de completo, Velasco aporta varias. «Quizá la incertidumbre económica  frene a algunas personas», subraya de primeras. En este sentido, añade que siempre hay quienes optarán por hacer turismo de cercanía, lo que implica desplazarse en el día pero sin pagar un alojamiento.

Por otra parte, la secretaria de Acriduero destaca que otros tantos aprovecharán los festivos de Semana Santa para viajar al extranjero ahora que, por fin, se han eliminado las restricciones por la pandemia de coronavirus. Y es que el año pasado todavía era obligatorio el uso de mascarilla, entre otras cuestiones. Así las cosas, «seguramente muchos hayan decidido hacer otro tipo de turismo», agrega. Además, se avecina muy buen tiempo, por lo que los lugares costeros ganan todavía más atractivo. 

En definitiva, Velasco considera que este cúmulo de circunstancias sirven para explicar el hecho de que algunas casas rurales de la Ribera aún estén libres pese a que apenas quedan 10 días para Semana Santa. «Es raro, otros años nos hubieran martilleado». Ahora bien, en el sector confían en que las reservas de última hora les permitan superar el 80% de ocupación que registran ahora e, incluso, terminar en lleno. Algo cada vez más habitual, especialmente a raíz de la pandemia. Desde Acriduero constatan un cambio de hábitos y, por eso, esperan un último empujón.