«El ejercicio del derecho a la rectificación registral de la mención relativa al sexo en ningún caso podrá estar condicionado a la previa exhibición de informe médico o psicológico relativo a la disconformidad con el sexo mencionado en la inscripción de nacimiento, ni a la previa modificación de la apariencia o función corporal de la persona a través de procedimientos médicos, quirúrgicos o de otra índole». Este es el texto literal del punto 3 del artículo 44 de la Ley  para la Igualdad real y efectiva de las Personas Trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI (conocida como Ley Trans), que fue publicada en el BOE el pasado 28 de febrero. Acogiéndose a esta norma que, como vemos, incluye una total ausencia de condiciones y requisitos salvo la propia palabra del interesado, 12 personas habían acudido desde ese día hasta el pasado 24 de marzo -es decir, menos de un mes- al Registro Civil de Burgos a solicitar el cambio en sus documentos del asiento relativo al sexo.
De todas ellas, solo una mujer ha expresado su deseo de ser registrada como hombre y, además, ha pedido el cambio de nombre a otro masculino, mientras que 11 hombres han pedido aparecer en sus papeles como mujeres y en ninguno de los casos se ha solicitado sustituir el nombre por el que en la actualidad son conocidos por otro que se identifique socialmente con el de una  mujer, según confirmaron a este periódico fuentes del Registro Civil.

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