La chica que acaricia teclas

B.A. / Burgos
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Clara Lauer, una alemana de 23 años, ensaya con partituras barrocas en la iglesia de la Asunción de Santa María de Campo gracias a una residencia artística promovida por la Asociación Amigos de los Órganos de Covarrubias

Frederic Duplan, Cecilio Adrián, Clara Lauer, María Jesús Lara y Natalia Wirton (de i. a d.), en Santa María del Campo. - Foto: Jesús J. Matías

Con cinco años comenzó a tomar clases de piano y también sabe tocar el violín y el órgano. Atraída por conocer más sobre este último, se presentó al programa de residencia artística El órgano ibérico español en diálogo con Europa, convocado por primera vez por la Asociación Amigos de los Órganos de Covarrubias. Y fue la música seleccionada. Eso le está permitiendo a Clara Lauer Yiting, una joven alemana de 23 años, conocer y practicar con algunos de los mejores órganos de la provincia -de entre los siglos XVI y XVIII-, sumergirse en partituras barrocas e involucrarse y relacionarse con la población local.

 Una experiencia, en parte nueva para ella porque había tocado órganos pero nunca ibéricos, que está disfrutando. Basta apreciar el entusiasmo que pone cuando habla de este instrumento y de las composiciones antiguas que está interpretando estos días durante una media de siete horas por jornada. «Antes no conocía esta literatura y me estoy enamorando un poco más, estoy creando unas conexiones que no voy a olvidar cuando regrese a Alemania, donde voy a difundir este tipo de música porque allí no es muy conocida», cuenta en un español perfecto. También se desenvuelve en francés y chino y estudia árabe. 

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, en Santa María del Campo, ha sido el lugar seleccionado en la provincia para que Clara desarrolle parte de esta residencia artística. Está alojada en la casa de una familia del pueblo y en su órgano está practicando desde el lunes y lo hará hasta hoy jueves, aunque también ha tocado en el de Pampliega y el fin de semana tuvo la posibilidad de acercarse a los dos de Covarrubias. 

La chica que acaricia teclasLa chica que acaricia teclasA Burgos llegó el día 24 de julio, donde el organista titular de la catedral, Guillermo Diez, le introdujo en varios de la seo, pero también de otros templos, como San Esteban o San Nicolás. «Es muy interesante, porque cada uno es diferente, lo que te obliga a adaptarte y acostumbrarte», relata la joven, licenciada en Relaciones Internacionales y que destaca entre otros el de la capilla de Los Condestables, «del siglo XVI y con puertas secretas para acceder», ríe. 

Para poder practicar ha tenido que buscar entre las horas en las que no se celebraban misas o no había muchos visitantes. El más accesible en la capital fue el de San Esteban , donde está el Museo del Retablo. «He podido tocar bastante en él y creo que para los turistas tener la posibilidad de escuchar esta música barroca en el contexto de visitar un museo es una experiencia interesante», comenta la joven, que considera esta parte del proyecto, la de hacer sonar a los órganos y que la población los oiga, como una de las más interesantes. «Normalmente no suenan, simplemente están ahí, y si nunca los han escuchado es posible que desconozcan todas sus posibilidades. Si de repente oyen música renacentista puede que le cojan cariño y se interesen por la restauración de estos y colaboren en ella», explica Clara, que también es capaz de tocar de forma simultánea el violín y los pedales del órgano. «Es muy divertido. Me inspiro en un compositor barroco alemán que ya lo hizo». 

Talleres. Uno de los aspectos que llevó a Natalia Wirton, responsable de esta residencia artística, a seleccionar a Clara fue el proyecto de inmersión que presentó la joven en su candidatura. «Además de dar a la artista la posibilidad de conocer muchos instrumentos, otra condición era que debía de desarrollar alguna propuesta para acercar el órgano a la población y la de ella nos pareció interesante». 

En este sentido, Clara Lauer impartió ayer por la tarde un taller en la localidad de Santa María del Campo y también dará otro esta mañana, de 10 a 13 horas. En él mostrará el órgano, enseñará como funciona, cuáles son sus posibilidades y animará a los vecinos a que lo toquen sin miedo. Para explicar su propuesta usa una metáfora. «Para mi el órgano tiene una personalidad como un ser humano. Puede tener diferentes tipos de ropa y según esta mostrar un estilo. La idea es dejar que la gente diseñe, escoja la ropa, que ellos decidan como va a sonar el órgano», relata la joven. 

Restauración. Esta residencia artística refuerza el proyecto de restauración de los órganos de Covarrubias, fin con el que se creó la asociación que lleva el mismo nombre y que pretende, una vez renovados, sentar frente a ellos a los mejores organistas europeos. «Suenan, pero no para que profesionales puedan ofrecer conciertos de nivel», comenta el presidente de la asociación, Frederic Duplan, que estima entre 150.000 y 200.000 euros el coste de la restauración del órganos de la colegiata de San Cosme y San Damián y hace un llamamiento para recaudar fondos con este fin.