Un fiestón de Carnaval con reventa incluida

I.L.H. / Burgos
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Más del triple del precio oficial pagaron algunos jóvenes en la fiesta del Andén 56, cuyas entradas se agotaron en 20 minutos. Sin actividad para su edad, triunfa la picaresca

Aspecto que presentaba ayer la entrada de la sala Andén 56. A la fiesta acudieron jóvenes de 14 a 17 años. - Foto: Alberto Rodrigo

Se vendió todo en veinte minutos. Cuando el miércoles salieron a la venta las entradas para el Carnaval Joven, la fiesta para chavales de entre 14 y 17 años que se celebró ayer en la sala Andén 56, la chavalería estaba más que pendiente. Tampoco hay tanta oferta, por no decir que apenas existe, y la música compartida con cientos de jóvenes era un plan muy atractivo para la víspera del martes de Carnaval. Hasta ahí lo lógico ante una alta demanda. 

Lo curioso llegó apenas unos minutos después. A pesar de que las entradas son nominativas y se exige inscribir el DNI para adquirirlas por internet, enseguida aparecieron mensajes en Instagram ofreciendo entradas a un precio que en algunos casos cuadriplicaba el original de 7 euros. Y, según algunas familias, no es la primera vez que ocurre.

El hecho de que se agotaran tan pronto dejó a mucha gente fuera y preguntándose en las redes por esta práctica. El revuelo estaba servido y la sala emitió un comunicado para recordar que la reventa está prohibida, que para acceder a la sala a los menores se les pide el carné físico, que el aforo estaba completo, que la localidad costaba 7 euros y que si «recompras una entrada a un precio mayor, te están engañando». Luego las sospechas existían. 

Aun así, las transacciones se hicieron: «El chico que nos las vendió nos dijo que compró las entradas con nombres reales, y que adquirió unas veinte en total. Y como él, otros tantos. Lo que hacen luego es mantener el código QR, modifican en el ordenador el nombre y el número del DNI del destinatario y revenderla», relata uno de los compradores, que consiguió entrar con ella a la fiesta, para la que le pidieron el DNI y comprobaron su edad en un primer corte y después escanearon el código de su entrada.

«Para los chavales este tipo de fiestas son un acontecimiento que esperan con ilusión. Quedarse fuera porque se agotan a los veinte minutos es una faena que puede ocurrir. Lo que te crispa es que se agoten porque se compren para hacer negocio y no se pongan los medios para evitarlo», añade.

La picaresca siempre va por delante. Y el ingenio se agudiza si hay una amplia demanda, como ocurre con estas fiestas. Si tus amigos van, no quieres quedarte fuera de un plan que pasará mucho tiempo en repetirse. En este caso actuaban Dj Cris Rax y David Zelmar.