«Hemos conseguido que se paralicen definitivamente las obras del bulevar». Pasaban unos minutos de las siete de la tarde y por los altavoces de la asamblea resonaba un mensaje victorioso que fue recibido por los alrededor de 5.000 vecinos que se congregaban en la ‘zona cero’ de la calle Vitoria con algarabía. Un ambiente reivindicativo pero distendido que se transformó después en tensión cuando en las inmediaciones de la Comisaría, dentro del itinerario habitual de la protesta, un antidisturbios, de 42 años, fue agredido con un botella por un manifestante. Tiene una contusión leve.
Respecto al futuro del movimiento de protesta, una vez que se han detenido las obras, se informó de que las decisiones a tomar se adoptarían de forma más pausada en la asamblea de mañana a las 12 del mediodía (por hoy) aunque recordaron que mantienen la petición de dimisión de alcalde también y animaron «a continuar la lucha». A partir de ahora seguirán los grupos de trabajo para fijar la estrategia y se valorará la conveniencia de insistir o no con las manifestaciones.
El anuncio de que el alcalde iba a comparecer de urgencia ante los medios de comunicación era uno de los asuntos que centraban los corrillos previos a una manifestación que en un principio y «en solidaridad con las ciudades que han expresado su apoyo» a la protesta iba a limitarse a un trayecto hasta la Iglesia de la Antigua de Gamonal. Finalmente, el itinerario se desvió, como en los últimos días, hasta la Comisaría y hasta el Grupo Promecal.
Los asistentes a la protesta comenzaron a corear gritos habituales estos días como ‘Que viva la lucha de la clase obrera’, ‘El pueblo unido jamás será vencido’ o ‘Detenidos absolución’ y volvieron a pedir, como ya hicieron por la mañana, la dimisión del alcalde. Desde la asamblea se lanzó el mensaje de «vamos a hacer las cosas bien y vamos a disfrutar de la victoria», en una clara alusión a pedir a quienes allí se congregaban que no se repitieran los episodios de violencia del pasado fin de semana. Un gesto que caló en algunos manifestantes que reprocharon a otros con ánimos menos conciliadores su intento de volcar algún contenedor. Tras ser increpados, tuvieron que abandonar su idea de atacar el mobiliario urbano y algunos de los asistentes respondieron con aplausos que se recondujera la situación.
La primera parte del recorrido, hasta llegar a Comisaría, discurrió de forma tranquila y fue frente a las dependencias policiales, acordonada por los antidisturbios, cuando se elevó el clima de tensión con insultos a los agentes por parte de quienes se situaron junto a las fuerzas de seguridad. Como en días anteriores, los manifestantes volvieron a pedir la absolución de los detenidos y gritaron a los antidisturbios que se marchen «fuera de Burgos».
Fue cuando la marcha empezaba a abandonar el lugar para proseguir el recorrido cuando se produjo la agresión al policía. Los antidisturbios, que hasta el momento no habían respondido a las provocaciones, efectuaron una carga que propició que muchos de los congregados, entre ellos familias con niños, tuvieran que echar a correr.
Lo que sí se consiguió en ese momento fue elevar el clima de tensión por parte de una minoría que parecía no conformarse con la protesta pacífica del resto. De regreso a la calle Vitoria, el volumen de manifestantes se redujo de forma progresiva hasta quedar en la zona cero medio millar de personas. Pasadas las 10 apenas había ya unos 50. Entre los comentarios de muchos vecinos se escuchaba el deseo de que, ya con las obras paradas, regrese la normalidad al barrio.
Cinco detenidos en Madrid
En Madrid varios centenares de personas cortaron el tráfico en varios puntos de la Gran Vía tras una concentración que partió de la Puerta del Sol. Al concluir se produjeron incidentes, que se saldaron con cinco detenidos. En San Sebastián se provocaron daños en una sucursal del BBVA.