La Asociación Amigos de Rafael Izquierdo considera que la venta de entradas de cara a la 21 edición de Ebrovisión «va bastante bien» porque, a falta de un mes y medio para el pistoletazo de salida, han cubierto el «60% del aforo del recinto principal», que este año estará alojado en el Polideportivo de Anduva y albergará hasta 6.000 personas. El portavoz de la agrupación, Ramiro Molinero, explica que están «contentos» con la «respuesta» del público, sobre todo, al tratarse de un modelo «más arriesgado» que los anteriores. Sobre esta cuestión, comenta que no solo han cambiado «las ubicaciones y la dinámica», sino que el cartel también se sale un poco de lo habitual. Pero, en realidad, ese es su objetivo, «marcar la diferencia con respecto a la tendencia del resto de festivales».
Eso sí, desde el punto de vista puramente organizativo, el mayor quebradero de cabeza para la asociación no está relacionado con el cartel, sino con las propias infraestructuras. Molinero apunta que llevan «trabajando muchísimo durante meses» y esa labor no ha caído en saco roto, dado que han conseguido diseñar un plan que permitirá no cerrar el polideportivo. El portavoz del colectivo remarca que abogan por «convivir» con los usuarios de estas instalaciones municipales, porque no desean «entorpecer» a los mirandeses. Así, todo el espacio estará abierto hasta el inicio del festival, cuando únicamente se cerrará la zona en la que se alojará el escenario, de tal manera que las piscinas y los pabellones podrán disfrutarse con normalidad.
Este objetivo implica que, conforme a la descripción de Molinero, deban emplearse «plazos muy ajustados de montaje». En la actualidad ya cuentan con un diseño sobre «plano» y calculan que siete días antes del 31 de agosto, cuando comienza Ebrovisión, empezarán a colocar la tarima en Anduva. Pese a ello, el portavoz de la asociación añade que el equipo de sonido no se probará hasta que falten un par de fechas para el primer concierto, dado que «son escenarios y equipos totalmente testados y tienen toda la solvencia garantizada de que va a sonar bien».
Un poco más compleja se antoja la aventura programada sobre las aguas del Ebro, donde tendrá lugar el concierto sorpresa inaugural del jueves 31. Pese a las posibles dudas, Molinero comenta que harán las pruebas «el día anterior porque es un escenario flotante, y quizá sea el más complicado porque depende del caudal y de muchos elementos que no están en nuestras manos». Al mismo tiempo, eso sí, el portavoz de los organizadores busca tranquilizar a los ebrovisivos, ya que se trata de una tarima «homologada» que se ha empleado en otros lugares tan icónicos como «la ría de Bilbao».
Reservas para cenar. Molinero anuncia que «en breve saldrán las plazas de la terraza del restaurante» que se alojará en el recinto principal durante las noches del viernes y del sábado. Las reservas para cenar en este emplazamiento se podrán hacer en la web del festival, como en el caso de las entradas, y el portavoz de la Asociación Amigos de Rafael Izquierdo anima a todos los ebrovisivos a probar la experiencia, ya que contará con los chefs Alejandro Serrano y Alberto Molinero. Desde su punto de vista, «son referentes de la gastronomía, a nivel nacional, y para esta apuesta tan importante era necesario contar con nombres a la altura» a fin de «dar un plus» y llegar «a otro nivel, con platos típicos de la ciudad y productos de temporada»