No había sido algo demasiado habitual en el pasado, pero los tiempos cambian y, con ellos, la forma de entender el fútbol. También para la Arandina, que esta temporada contará entre sus filas con varios futbolistas de nacionalidades diferentes. Concretamente cinco contando la española. Piezas de más allá del charco como los argentinos Elías Reyes y Nicolás ‘Chirola’ Romero, el mejicano Javier Junyent o el hispano-venezolano Vitolo, a las que acompañarán otras más ‘cercanas’ como son el costamarfileño Abdou, o el español, de ascendencia marroquí, Ayoub El Battioui.

Todas ellas marcarán un escenario diferenciador respecto a tiempos anteriores en la entidad, pero servirán también de punto de apoyo en continuidad a una realidad, la actual, que ya se encargara de inaugurar en su día el técnico burgalés Javier Álvarez de los Mozos al albergar, en su plantilla de 2017, a jugadores como el argentino De Lillo, el australiano Keanu, el rumano Vasile, o el portugués Khalifa.

Tras ello, y con un curso de por medio, el 18/19, en el que el único futbolista extranjero resultaría ser el portero argentino Lallana, la incorporación a la disciplina arandina de Jordi Fabregat volvería a abrir las puertas de par en par a dicha pluralidad. Así, con la firma del de Tortosa, llegarían a la capital ribereña los Makiadi (portugués), Steylor (brasileño), Moha (costamarfileño) o Yakovlev (estonio). Incorporaciones foráneas a las que se sumaría el debut de Junyent con el conjunto del Duero, y el regreso también a éste de Khalifa procedente del Almazán.

El cambio instaurado terminaría por consolidarse. También, por convertirse en el germen de lo que a día de hoy es la Arandina ya que, desde entonces, la plantilla blanquiazul pasaría siempre a contar entre sus filas con una media de cinco o seis piezas extracomunitarias todos los años. Algunas repitiendo experiencia, como Yakovlev, que regresaría el curso pasado tras haber abandonado la disciplina de El Montecillo en junio de 2020; otras, por el contrario, como el mediocentro sierraleonés Mamau o el ariete franco-albanés Rashiti, protagonizando un paso por la capital ribereña particularmente breve.

Sin embargo, tanto los que estuvieron como los que están (cerca de veinte en los últimos cinco años), y aunque con suertes dispares, destacar que no dejaron de luchar en ningún momento para intentar conseguir el ascenso. Un ascenso que esta temporada volverá a antojarse objetivo del club y que, aunque caro, se peleará hasta el final.