Más graduados en ESO y BACH tras bajar el nivel por la covid

B.G.R.
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En cuarto de la ESO la tasa de aprobados supera el 90% y un 87% en Bachillerato

La vuelta a la normalidad presencial de la enseñanza se produjo en septiembre de 2021. - Foto: Alberto Rodrigo

El estallido de la pandemia en marzo de 2020 supuso un antes y un después en muchos ámbitos, incluido el educativo. En aquel momento, se suspendieron las clases presenciales y se tuvo que aprender de un día para otro el manejo de tecnologías ya presentes pero mínimamente utilizadas y que ahora resultan indispensables. Desde las administraciones se dieron instrucciones de flexibilización tanto en las evaluaciones de los alumnos como en los contenidos a impartir, paralizándose el avance de materias desde el segundo trimestre. Todas estas medidas respondían a una situación de excepcionalidad para que el alumnado no se viera afectado en sus estudios, lo que queda reflejado en las tasas de graduación de cuarto de la ESO y Bachillerato publicadas por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, cuyo elevado nivel, el mayor registrado hasta entonces, se mantuvo el curso siguiente y también el pasado.

Tomando como referencia el ejercicio escolar 2019-2020, el 95,3% de los estudiantes de cuarto de Secundaria superó el curso, el mayor porcentaje del conjunto de Castilla y León, mientras que este se situó en el 94,3% en el caso de los jóvenes de segundo de Bachillerato. Los últimos datos de los que dispone la cartera que dirige Pilar Alegría corresponden al periodo 2021-2022, caracterizado por las restricciones sanitarias y de seguridad pero que ya se desarrolló en modalidad docente presencial. 

Burgos volvió a superar en ese curso el 90% de titulados en la etapa obligatoria (90,9%), produciéndose un incremento del número de escolares que se graduó pero con materias suspensas pasar del 16,2% del anterior a casi un 26% (25,9%). En el nivel superior de Bachillerato, se produjo cierto retroceso respecto a la tasa registrada en el curso de la pandemia, un 87,4% de aprobados en segundo, 6,9 puntos menos. Distintas fuentes académicas consultadas aseguran que dichas cifras se mantuvieron el año pasado con leves oscilaciones que no resultan significativas.

Por el contrario, la evolución de estos baremos contrasta con los ejercicios previos a la covid, como es el 2018-2019. En este caso, el Ministerio recoge en sus estadísticas que la tasa de titulación en cuarto de la ESO fue del 86,5% del total de matriculados y del 83,4% en segundo de Bachillerato, ambos porcentajes alejados de ese techo del 90%. 

Las interpretaciones que realizan desde distintos centros de Secundaria difieren en unos aspectos pero coinciden en otros. «No fue algo descabellado al tratarse de una situación excepcional», asegura José Antonio Virumbrales, director del Pintor Luis Sáez, respecto a esa flexibilización académica por la crisis sanitaria durante el periodo lectivo 2019-2020, si bien no entiende que esta se mantuviera en el siguiente, cuando la enseñanza recuperó la normalidad presencial.

«La prueba más palpable es que la Consejería de Educación no ha cambiado la instrucción que dio sobre la EBAU», subraya Virumbrales sobre el incrementó de una optatividad para los alumnos que continúa hasta la fecha. Por ello y en su opinión, justifica que esas altas tasas de graduación responden a que «no se ha vuelto a los estándares anteriores a la pandemia», considerando, de igual forma, muy elevado ese 26% de titulados de la ESO que aprueba con suspensos.

En esta última situación se detiene César Martínez, director del colegio Santa María la Nueva y San José Artesano, quien asegura que aprobar con materias no superadas se ha convertido en «norma», algo que prevé que ocurrirá en segundo de Bachillerato con la posibilidad que ofrece la nueva ley (Lomloe) de titular con un suspenso. Reconoce que la excepcionalidad de la pandemia «ahí se ha quedado», apelando igualmente a la estructura de la EBAU, aunque en su caso va más allá y habla de un cambio de concepto en la enseñanza a raíz de la entrada en vigor de la nueva legislación. «Ya no prima el aprendizaje memorístico, sino el competencial», subraya, refiriéndose también al modelo de evaluación o a la labor pedagógica. Considera que se trata de una «oportunidad» y que la educación consiste en «adaptarse a las necesidades de los estudiantes», si bien reconoce que esto puede traducirse en que los expedientes que antes eran «notables ahora sean brillantes».

Por su parte, el director del instituto Diego Porcelos, Jesús Martín, se centra en otro elemento más para explicar esas elevadas tasas, como es en el hecho de la influencia de la bajada de las ratios de alumno por aula en la calidad de la enseñanza. Asegura que el cambio metodológico actual puede influir en esos niveles, aunque cree que, en el caso de la ESO, el objetivo tiene que pasar por que todos los escolares la superen, con independencia de sus circunstancias, al tratarse de una etapa obligatoria.