Las cooperativas estiman una cosecha de cereal "excelente"

SPC
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Urcacyl admite su preocupación de los precios de los mercados, que "no han dejado de caer en el último mes y medio", con cotizaciones que "no se recordaban en las últimas campañas"

Las cooperativas estiman una cosecha de cereal “excelente” - Foto: mir_ical

La Unión Regional de Cooperativas de Castilla y León (Urcacyl) estimó hoy una cosecha de cereal “excelente”, cuando aún falta un mes para que se generalice el inicio de la recolección. Tras una reunión telemática mantenida esta misma mañana se han estimado unos rendimientos medios que se acercan a los 4.500 kilos por hectárea para el trigo y algo por encima en el caso de las cebadas, lo que otorgaría unas producciones de 3,6 y 3,8 millones de toneladas, respectivamente.

“Las abundantes lluvias de los meses de primavera y las buenas temperaturas en todo este período han contribuido a que el aspecto de los campos sea inmejorable, aventurando una cosecha que rondará el récord de rendimientos y producciones”, explicó Urcacyl en un comunicado. Sólo un periodo de fuertes calores que pudieran asurar los granos o unas intensas lluvias o granizos podrían “emborronar estas buenas perspectivas”.

Otra cuestión bien distinta es la evolución de los precios en los mercados de cereales, que “no han dejado de caer desde el último mes y medio, hasta ver cotizaciones que no se recordaban en las últimas campañas”, un escenario que preocupa entre las cooperativas.

La principal causa es el impacto indirecto de la pandemia del COVID-19 en la comercialización de los cereales. Si bien a principio del estado de alarma las ventas crecieron motivadas por el miedo al desabastecimiento y la incertidumbre sobre el cierre de fronteras, además del crecimiento en las ventas de harinas y legumbres, esta tendencia “cambió bruscamente una vez que los mercados se estabilizaron”.

La perspectiva de buena cosecha, tanto local como internacional, los abundantes pastos que reducen el consumo de piensos para el ganado y el grado de abastecimiento de los consumidores han añadido “presión al impacto indirecto que ha provocado la pandemia”.

Recuerda Urcacyl que el virus ha generado un menor consumo de alimentos (especialmente del canal Horeca y, en perspectiva, por el menor turismo), ya tengan como destino el consumo humano o animal. Igualmente, el hundimiento del precio del petróleo “ha reducido el precio de cereales como el maíz, destinado en un volumen considerable a la producción de etanol, lo que repercute en otros secundarios como la cebada”.

Normalidad en la excepcionalidad

Las cooperativas presentes en la videoconferencia expresaron la “relativa normalidad” con la que han seguido trabajando, tanto en sus instalaciones como en las explotaciones de sus socios, a pesar de la excepcionalidad que supone el estado de alarma.

El personal de las cooperativas “está cumpliendo estrictamente” con las medidas de prevención sanitaria por el coronavirus. Las oficinas estuvieron prácticamente cerradas desde el inicio del confinamiento, atendiendo a sus socios y clientes por ventanilla y siguiendo los protocolos de uso de mascarillas y guantes e incluso gafas o batas cuando es necesario.

Además, se limita el acceso de socios o clientes a las instalaciones, se mantienen distancias de seguridad, se prohíbe la salida de los conductores de sus vehículos (tractores, camiones o coches) y se gestionan las mercancías con los mínimos documentos físicos en papel posibles, entre otras medidas de precaución. Urcacyl reseñó que buena parte de las cooperativas han realizado, en colaboración con sus ayuntamientos, tareas de desinfección de calles y lugares públicos con sus equipos de pulverización, además de realizar donaciones y colaboraciones de todo tipo con asociaciones y colectivos de su entorno.

Suministros y servicios

De la misma manera se han seguido prestando los servicios técnicos y agronómicos, así como las labores administrativas de gestión de los seguros agrarios o la tramitación de las solicitudes de la PAC, entre otros. Los suministros de insumos como fertilizantes, fitosanitarios o semillas, se han podido realizar sin ningún problema, tanto en la adquisición como en la distribución de los mismos.

Las cooperativas destacaron el reconocimiento como “servicio esencial” que están teniendo las estaciones de servicio automáticas instaladas en ellas mismas en el medio rural, que permiten un suministro “continuo, de calidad y seguro” desde el punto de vista del contagio del COVID-19, ya que “no media ningún contacto entre personas en el servicio”.

Esto se ha hecho más evidente en normativas como algunas órdenes del Ministerio de Sanidad o en el nuevo informe de la Comisión Nacional de la Competencia, favorable a este tipo de instalaciones.