Pertenezco a esa generación de 'gente de bien', y más después de escuchar los diferentes debates acerca de esta frase. Sí, a esa generación que asumió y percibió la esencia de la vida junto a unos padres que salieron de una posguerra y levantaron un país con dignidad y silencio. Crecimos con más obligaciones que derechos, pero fuimos felices. No tuvimos drones, ni Facebook, ni Instagram, ni móviles, ni tablet, ni ordenadores, pero teníamos amigos que no eran virtuales, eran para toda una vida. Nos entreteníamos con la lectura, las canicas, una película doble en el cine REX y poco a poco el tiempo siguió transcurriendo hasta llegar a ser un espectador más del paso de la televisión en blanco y negro a color.

La generación de nuestros padres nos educó, con muchos valores, con el solo objetivo de moldear nuestra personalidad para lograr nuestra incorporación al mundo profesional, pero siempre bajo la premisa de ser buenas personas. Este era el objetivo de nuestros padres que, al fin y al cabo, en el argot de la gente mayor era sinónimo de ser 'gente de bien'.

Esta generación supo asumir y aceptar que había otra España, diferente, donde cabíamos todos. Evolucionamos con unos valores que trasformaron nuestra forma de pensar de años atrás, para dar sentido a un país que solo se podría construir desde el perdón, establecido en la Ley de Amnistía del 77, para posteriormente aprobar la Constitución del 78.

Yo me considero parte de esa generación de 'gente de bien' que logramos cambiar esta España y que supimos, entre todos, aferrarnos a unos ideales cuyo principio básico era diálogo y consenso. El tiempo transcurre y a día de hoy mantenemos esos principios como pilares básicos del entendimiento. Somos la generación del diálogo, de la búsqueda del fin común, y partícipes del consenso político. Todo esto lo aprendimos estudiando la verdadera Historia de España del 36, con errores y aciertos, como referente de lo que nunca debe de volver a suceder. 

He tenido suerte, lo reconozco, pertenezco a una casta de 'gente de bien' que está en contra de indultar a los independentistas, eliminar la sedición, modificar la malversación, excarcelar violadores y permitir el cambio de sexo de niños de 12 años con autorización judicial. 

Por esto sé que hacer el bien es conseguir que otros olviden sus preocupaciones y este Gobierno no lo logra.