La escasez de materias primas de toda clase, desde algunas básicas como el hierro, la madera o el papel hasta otras más complejas como los microchips, seguirá azotando a la economía mundial -y por ende a la burgalesa- durante todo este ejercicio. Así lo creen en la Confederación de Asociaciones Empresariales (FAE) de Burgos, cuyo tesorero, Ignacio San Millán, se mostró pesimista a una posible resolución a corto plazo de este problema planetario.
«Las conversaciones que tenemos con las compañías marítimas de todo el mundo nos hacen temer que la escalada de precios durará todo el 2022», reconoció el empresario, que tenía la fe puesta en el fin de las celebraciones del Año Nuevo Chino -se prolongará hasta el 6- como punto de inflexión para la normalización de los mercados. Sin embargo, el atasco que hay en los puertos para descargar contenedores, unido a la escasez de conductores para el transporte terrestre de mercancías y el aumento de contagios por covid-19 están poniendo las cosas muy difíciles. «Se están buscando alternativas pero está muy complicado todo. Seguimos dentro del bucle en el que entramos en el último semestre del 2021», auguró San Millán.
Sea como fuere, las empresas burgalesas parece que han continuado con la senda de crecimiento que iniciaron desde el pasado verano. FAE ha realizado una encuesta de la que se desprende que la mitad mejoraron su situación económica en el segundo semestre con respecto a la primera parte del 2021. No obstante, la situación dista mucho de ser la que había antes del estallido de la pandemia, ya que apenas el 25% reconoce que obtendrán unos mejores resultados que a lo largo del 2019.
En relación a la creación de empleo, y aunque el 2021 se ha cerrado con una estabilización tras un 2020 con numerosos vaivenes fruto del estallido de la crisis sanitaria, una de cada tres firmas reconoce que aumentó su plantilla, unos niveles no vistos desde hace cuatro años.
El curso que acabamos de cerrar ha tenido numerosos contratiempos que han puesto en jaque la economía de buena parte de las firmas. Sexta ola de covid-19, la citada carencia de materias primas y suministros, el incremento casi descontrolado del precio de la energía, la inflación creciente o el inicio de la devolución de los préstamos ICO son algunos de los ejemplos.
optimismo, pero moderado. «Las empresas son optimistas ante las perspectivas que se abren en 2022, aunque son más moderadas en relación a la creación de empleo, donde se inclinan más por el mantenimiento que por un crecimiento notable», aseguró la secretaria general de FAE, Emiliana Molero.
Por su parte el vicesecretario general de la patronal, Íñigo Llarena, se mostró cauteloso con el impacto de los fondos europeos en Burgos al menos hasta 2023.