Una fábrica como la que la que el grupo Mahou San Miguel tiene operativa en Burgos desde 1970 requiere de inversiones constantes para que, año a año, sea todo un referente dentro de la industria local. Aunque el riego de dinero que ha hecho la compañía con el centro de producción de la carretera Logroño ha sido gratamente generoso en la última década -40 millones de euros-, la apuesta este 2023 ha sido si cabe más amplia que en 2022.

El ejercicio que estamos a punto de terminar se cerrará con una asignación que asciende hasta los 6 millones, un 13% más que los pasados 12 meses. El grueso del esfuerzo económico ha ido a parar a la compra de dos nuevos -y modernos- tanques que se han instalado en el área de elaboración. Con capacidad para 4.000 hectolitros (400.000 litros), permitirán aumentar el nivel de bodega del fabricante. Esta ventaja competitiva avalará incrementar la capacidad para fermentar y guardar la cerveza durante el proceso de fabricación.

De este modo, desde Burgos podrán -ya lo están haciendo- plantearse el lanzamiento de nuevos formatos o referencias como la Mahou sin filtrar, que sale del interior de esta factoría. «Tenemos una capacidad de 2,2 millones de hectolitros al año, más o menos unas 1.000 millones de cañas al año», ejemplifica Alfredo García-Cuevas, director del centro desde marzo de 2020. A parte de esta inversión, el grupo ha conseguido eliminar por completo el plástico del proceso de embalaje en la línea de latas. «Burgos fue pionera a nivel de sostenibilidad de envases dentro de la compañía cuando en 2020 instalamos una de las primeras maquinas a nivel nacional para sustituir las anillas de plástico por otras de cartón reciclado», explica.

El resto de fábricas del grupo esperan poder alcanzar este hito que en Burgos disfrutan desde precisamente este año de cara al 2024. «A finales de ese curso terminaremos con el plástico en las latas», asegura García-Cuevas. Ya en 2022 Mahou San Miguel inyectó 4 millones en el desarrollo de proyectos industriales punteros en el ámbito de la eficiencia energética y del packaging sostenible.

El centro de trabajo del polígono Burgos Este da empleo actualmente a unos 170 ciudadanos, una cifra que se ha mantenido constante en los últimos tiempos. El impacto en la economía provincial que tiene su desempeño se cifra, según explican desde la propia empresa, en unos 8 millones de euros al año gracias a las compras de materias primas que efectúan a cerca de un centenar de proveedores burgaleses. En el conjunto de Castilla y León, el grupo da empleo a unas 9.000 personas de forma indirecta, mientras que compra productos a 130 firmas por valor de 13 millones.

Sostenibilidad. A medio plazo, la compañía se ha fijado como objetivo alcanzar la neutralidad de emisiones de dióxido de carbono en 2030. En este sentido, la multinacional, en colaboración con su vecina Verallia, puso en marcha en 2021 un proyecto para la recuperación del calor que emiten los hornos de la fábrica contigua y que se emplea para el proceso de elaboración de cerveza. «Nos ha permitido descarbonizar nuestras emisiones en alrededor de un 70% al año», apunta García-Cuevas. Aunque la previsión era consumir un 60% menos de gas natural, finalmente ese porcentaje ha incluso aumentado.