Directiva y trabajadores de la Asociación de Familiares y Afectados de Esclerosis Múltiple (Afaem) imploran, tanto a la iniciativa pública como a la privada, un local que les permita trasladar la sede -ahora en el centro sociosanitario del Ayuntamiento, el Graciliano Urbaneja- y prestar a sus usuarios la atención que necesitan. Algo que, reiteran, ya es «imposible» en los 180 metros cuadrados de los que pueden disponer en el inmueble que comparten con otras entidades sociosanitarias en el paseo de los Comendadores. Y así se lo explicaron ayer al delegado territorial de la Junta, Roberto Saiz, en la ronda de contactos institucionales que acaban de iniciar.

La pandemia supuso un punto de inflexión en la entidad burgalesa, en la que el número de socios se disparó hasta los actuales 266 y otro tanto sucedió con el de las personas con necesidad de terapia, que oscilan entre 80 y 85 cada semana. Antes de la crisis sanitaria por el coronavirus rondaban las 50, lo cual permitía que se les pudiera ofrecer dos horas semanales de atención; ahora, el alza de la demanda ha obligado a reducir horas para poder llegar a más gente.

Afaem ofrece fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional, atención psicológica y asesoramiento en trabajo social; todos ellos servicios imprescindibles para que las personas con esclerosis múltiple preserven su calidad de vida al máximo tras el diagnóstico de esta enfermedad neurológica y crónica, para la que no hay cura y tampoco conocimiento sobre las causas que la desencadenan. «Van a tener esclerosis múltiple toda su vida, con las necesidades psicosociales y de actividad física que ello conlleva», explicaban ayer fuentes de la entidad, que querría añadir a su oferta servicio de Neuropsicología. «Pero no podemos por la falta de espacio», afirman (...).

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