A la espera de la Junta para trasladar y estudiar los vitrales

I.L.H.
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Las vidrieras de la Capilla de los Condestables de la Catedral estarán cuatro meses en el Taller Diocesano

Los vitrales se custodian en la sacristía de los Condestables. - Foto: Valdivielso

Además del aspecto turístico y el litúrgico, el Cabildo de la Catedral tiene otros frentes abiertos para 2023 en materia de restauración, por ejemplo. El más importante, sin duda, es la rehabilitación de las vidrieras de la capilla de los Condestables, que financia el Ministerio de Cultura con 850.000 euros.

Su recuperación conlleva tres fases: unos estudios previos, la redacción del proyecto y la ejecución de la obra. Para los análisis preliminares el Cabildo ha ofrecido el Taller Diocesano de Restauración y de momento está pendiente del permiso de la Junta para acometer el traslado desde la sacristía de la capilla de los Condestables, donde a día de hoy se custodian, al emplazamiento para su examen.

«Ya hemos pedido presupuestos para el seguro y la mudanza y, una vez que se trasladen, la investigación conllevará cuatro meses», explica Juan Álvarez Quevedo.

Tras los estudios previos (pongamos que en mayo o junio), hay que redactar el proyecto, que o bien lo hacen desde el Ministerio de Cultura o bien se saca a concurso. El plazo es de año y medio y durante este tiempo las vidrieras continuarán en el Taller Diocesano, en el parque del Doctor Vara.

La tercera fase, ya en 2025, es la adjudicación de la obra. «En ese momento los vitrales se trasladarían al taller de la empresa encargada y calculamos que la restauración durará otro año». Así que hasta 2027 como pronto no estarán colocados en el lugar para el que fueron creados por el maestro Arnao de Flandes los ocho paños de vitrales, seis dobles y dos sencillos.

Saneamiento perimetral. Pero no es esta la única obra que preocupa y ocupa al Cabildo. Están también las humedades subterráneas sobre todo de la zona de Pellejería. Y aunque se han subsanado algunas con las obras de las Llanas y la restauración del trasaltar, hay aspectos que mejorar, como las filtraciones por la puerta del Sarmental.

También está pendiente la restauración del sepulcro de Fernando Díaz de Fuentepelayo en la capilla de Santa Ana y en ese mismo oratorio, la decoración de las bóvedas que salen de los nervios. «Somos conscientes de la gran riqueza de esta zona encalada, pero aún no hemos podido afrontarla».