Un fallo en el sistema de anclaje motivó el accidente del ascensor

Raúl Canales / Miranda
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Las investigaciones se centran ahora en averiguar por qué tampoco se activó el frenado de emergencia que detiene el aparato cuando detecta una anomalía en la velocidad de descenso

Un fallo en el sistema de anclaje que une el cableado con la cabina del ascensor motivó el accidente ocurrido hace dos semanas en el número 58 de la calle Ciudad de Vierzón en el que resultó herido de gravedad un hombre que viajaba en el interior del aparato.

Es la principal conclusión que se desprende de las explicaciones que hasta la fecha han ofrecido a algunos vecinos las empresas especializadas. No obstante, la investigación sigue abierta bajo secreto sumarial, y el Juzgado número 1 de Miranda continúa recabando pruebas periciales que permitan determinar con exactitud todas las causas que rodean al extraño suceso.

Uno de los interrogantes que aún queda por esclarecerse es porqué, si el fallo inicial estuvo en el anclaje, no funcionó tampoco el frenado de emergencia. Este sistema, conocido como paracaídas, se activa automáticamente cuando detecta una anomalía en la velocidad del ascensor. Concretamente, en el modelo accidentado, cuando se superan los 1,4 metros por segundo saltan dos cuñas que detienen el aparato, algo que no ocurrió en este caso, a pesar de que había pasado todas las revisiones periódicas.

Clausura preventiva

Desde que se produjo el accidente, los ascensores de los portales anexos (en total hay 50 viviendas afectadas) permanecen clausurados por ser aparatos ‘gemelos’ al que cayó desde un tercer piso hasta el garaje, ya que pertenecen a la misma fase de construcción del edificio.

La medida se tomó como precaución por parte de las empresas de mantenimiento y de momento se mantendrá, ya que no hay una fecha  prevista para su puesta en funcionamiento.

La intención, como así se ha manifestado a los vecinos en una reunión mantenida recientemente con Schindler, empresa encargada del mantenimiento del portal 60 (el siniestrado y el 56 corresponden a ASMI), es esperar a que haya una decisión judicial o a que se pronuncie al Ministerio de Industria.

El protocolo de actuación indica que cuando existe un percance en un modelo, sin que necesariamente tenga la gravedad del ocurrido en Miranda, el organismo nacional emite una circular que alerta de un posible defecto para que se subsane en los miles de ejemplares distribuidos por el país. Por ahora no se ha producido ninguna comunicación oficial que certifique que es un fallo generalizado en el modelo.

«Según lo que nos ha dicho el sistema de anclaje de este tipo de ascensores se basa en tornillos y quizá no tenían la métrica adecuada, por eso falló», explica uno de los propietarios. También pudo influir, como explica otro, que «los ascensores que nos instalaron están homologados pero no son de máxima calidad. Es como los coches, que pueden pasar la ITV y circular, pero no es lo mismo un modelo de alta gama que un seiscientos».

Por este motivo, Schindler, ofreció la posibilidad de reforzar el sistema de anclaje para garantizar la tranquilidad de los vecinos y habilitar nuevamente el aparato, aunque se ha optado por esperar unos días más para ver si desde Industria se da alguna indicación o si el Juzgado se pronuncia.