La Diputación trasladará de Pineda a Oña el ocio juvenil

P.C.P.-I.P. / Burgos
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La concesión del albergue Valle del Sol ha caducado, por lo que se mantendrá la actividad hasta que se pueda equipar el Monasterio de San Salvador

El albergue Valle del Sol en Pineda de la Sierra dispone de 70 plazas de alojamiento y un aulario. - Foto: Luis López Araico

Cerca de 1.500 alumnos burgaleses de entre 8 y 16 años disfrutan cada año del programa Aulas de la Naturaleza que la Diputación de Burgos organiza en Pineda de la Sierra, que fuera del calendario escolar desarrolla también un campamento deportivo. La que durante tantos meses se convierte en casa y fábrica de experiencias inolvidables para estos chavales, con multitud de actividades educativas y de ocio, cambiará en un futuro próximo de base principal para instalarse en Oña.

El albergue Valle del Sol pertenece al Ayuntamiento de Pineda de la Sierra y el convenio con la Diputación ha expirado. Esta circunstancia coincide en el tiempo con la llegada de Borja Suárez a la presidencia, que tiene la firme convicción de apostar por el complejo del Monasterio de San Salvador, donde el dinero invertido para su restauración y conservación -en buena parte gracias al apoyo del Ministerio de Fomento a través del 1,5% Cultural no tiene por el momento ningún retorno económico.

«Nuestra prioridad para los próximos años es Oña», avanza el presidente de la Diputación, convencido de que debe encontrar una solución para el enorme complejo, con una visión de conjunto y modelo de gestión que involucre también a la iniciativa privada. La idea pasa por conseguir para «la provincia de Burgos un alojamiento de primer orden, muy nuevo y que pueda albergar cualquier tipo de iniciativa juvenil, deportiva y educativa» en un espacio «que es propiedad de Diputación», recalca.

En Pineda de la Sierra existen actualmente dos albergues, uno en el centro del pueblo, con 76 plazas y otro en la zona alta, el Valle del Sol, con 70 y un aulario anexo. La concesión para el uso de este último ha terminado, por lo que la Diputación ha iniciado los contactos con el Ayuntamiento del municipio «para ver cómo podemos ir prorrogándola por un tiempo corto que nos permita hacer la inversión en Oña y empezar a dibujar una serie de actividades», explica Suárez, que confirma que en el inmueble más céntrico de la localidad de la Demanda, conocido como Casa Bernabé Pérez Ortiz, se van a seguir desarrollando actividades.

En la actualidad, la empresa Sprintem gestiona las actividades que se desarrollan, con un precio por alumno y día que en el contrato firmado en 2019 se estableció en 31,42 euros, hasta un máximo de 543.470 euros en dos años, y con hasta 3 años de prórroga. 

Para Oña se piensa en «un modelo parecido al de cualquier albergue juvenil que tenemos en la provincia», explica el presidente, pero con muchas más posibilidades, «ya no solo por la propia villa, sino por la cantidad de espacio» disponible en San Salvador. El antiguo complejo monástico parece que por fin tiene un destino definido, después de haberse especulado con diversas opciones, incluida la de un parador asociado al Plan Garoña del que nada se supo. La Diputación quiere también derribar la Casa Florida, un añadido que nada aporta, y estudiará la petición de la parroquia para ampliar la visita turística más allá del panteón de los Reyes, la iglesia y el claustro.