Fernán Labajo

Plaza Mayor

Fernán Labajo


El tiempo perdido

12/09/2023

El respeto futbolístico en los niños de mi generación se ganaba en las pachangas del recreo. En el mercado de fichajes, donde se pujaba a piedra, papel o tijera, cotizaban al alza los chavales a los que elegían primero. Por eso, de pequeño yo quería ser como mi prima Silvia. Cuando había que hacer equipos, todos se peleaban por ella. Y no era para menos, porque nos bailaba como quería. Un regate por aquí, un caño por allá. Escondía la pelota y no había forma humana de rebañársela. Su ídolo era Butragueño, aunque supongo que hoy en día sería más fácil compararla con Aitana Bonmatí. Su madre me dijo una vez que marcó un gol como el de Zidane en la final de la Champions. Y yo me lo creo. 

No se puede decir que mi prima fuera de las pioneras, pero sí de las que vivió un balompié femenino embrionario. Su contacto con el césped fue en equipos masculinos donde algunos padres ponían malas caras. Estamos hablando de tiempos de caverna que desgraciadamente han durado más de la cuenta. Y si no, basta con ver los últimos acontecimientos. La falta de licencias y de equipos que apostasen por las chicas hizo que muchas tuvieran que pasarse al fútbol sala o incluso renunciar a una carrera más longeva. 

Hace 23 días que España ganó el Mundial y me alegré especialmente por ella. Tendría que haber sido un mes de celebración, como el de 2010 en Sudáfrica, pero un cretino y los intereses políticos han deslucido una gesta histórica. Tengo fe, porque lo logrado en Sídney hace casi un mes va a servir para limpiar el camino de las piedras que aún quedan por en el suelo. Ahora que todo el mundo escucha a las campeonas, es momento de que sean aún más valientes y se hagan escuchar para que las cosas se igualen en el fútbol español. Para recuperar todo ese tiempo perdido.