Roberto Peral

Habas Contadas

Roberto Peral


Peinetas

27/03/2023

Conviene aclarar bien las cosas, porque lo que no se puede consentir es que un desafortunado malentendido, enturbiado por los desaprensivos de costumbre, haya tenido el limpio nombre de nuestro presidente regional, don Alfonso Fernández Mañueco, en boca de todo el mundo durante los últimos días. Resulta que, mientras abandonaba el Parlamento autonómico, el señor Mañueco desplegó el dedo corazón de su mano derecha al tiempo que recogía los otros cuatro y dio en moverlo un par de veces arriba y abajo, acaso para ajustarse el gemelo de la camisa, y hay quien ha interpretado que estaba dedicando una groserísima 'peineta' a la parlamentaria socialista Rosa Rubio, entonces en el uso de la palabra en la tribuna de oradores. El presidente se ha apresurado a explicar que el gesto le salió así, sin querer, y que, contra lo que el vídeo que circula por las redes parece indicar sin margen para excesivas dudas, nunca se le pasó por la cabeza la idea de exhortar a la señora Rubio a cometer pecado mortal per angostam viam.

Y nosotros, faltaría más, creemos a pies juntillas en su palabra, entre otras cosas porque estamos hablando de la más alta dignidad de nuestra Comunidad Autónoma, y no de un vulgar patán sin el más mínimo sentido de la educación ni del decoro. Además, sabemos por otros ejemplos que, en las lides políticas, las 'peinetas' suelen practicarse de un modo más sibilino y metafórico: no hay sino reparar en la que le ha mostrado doña Carolina Blasco, hasta ahora portavoz del PP en el ayuntamiento burgalés, al partido para el que lleva batiéndose el cobre como jefa de la oposición durante los últimos años. Después de postularse sin éxito como aspirante a la alcaldía de nuestro suelo bendito por el PP, la señora Blasco ha montado su propia candidatura, Decide Burgos, y, con el dedo enhiesto, ya anda tendiendo el anzuelo en el mismo estanque en el que pretende pescar su antiguo partido. 
No sabemos cómo le saldrá la jugada a doña Carolina, pero el caso es que la 'peineta' en cuestión ha venido a animar una contienda electoral que se antojaba bien tediosa. De momento, a uno le da en la nariz que doña Cristina Ayala va a tener que alumbrar medidas algo más audaces y menos inanes que la solemne ocurrencia de sacar a pasear al Cid para darle un empujón a nuestra industria turística.