Claudia Vicente

A vuelapluma

Claudia Vicente


Moscas y bocadillos

18/08/2023

A medida que las moscas empiezan a ponerse pesadas a finales de agosto, nosotros hemos perdido también el norte y nos hemos abandonado a las altísimas temperaturas que nos regala el cambio climático -que algunos se empeñan en seguir llamando 'buen tiempo'- y hemos perdido ya todo sentido de la decencia en el vestir. Me espanta y me encanta a partes iguales este momento en el que el sujetador es ya un lejano recuerdo del invierno y salimos a la calle con unos shorts vaqueros que en junio estuvieron a punto de caer en la bolsa de donaciones a Cáritas cuando hicimos el cambio de armario, y que ahora son nuestro uniforme. No me pregunten cuándo lavé por última vez los míos, los llevaba puestos cada vez que encendía la lavadora.

Y es que en esta segunda parte del verano ya hemos conseguido desconectar, estamos razonablemente morenos para que cualquier harapo nos quede medio bien e ignoramos cualquier notificación de nuestro teléfono que no incluya una invitación a la playa, barbacoa o paseo por el campo. Nuestro único contacto con las noticias, que me disculpe este periódico, está relacionado con cierto descuartizador de Instagram, esquivando cualquier noticia de la investidura como solo un asesino pijo nos sabe llamar la atención.

En este abandono al dolce far niente solo espero con cierta impaciencia que Las amigas estupendas, mis podcasters favoritas del momento, hagan un parón en sus vacaciones para comentar el caso, y en esta espera me reescucho su Rural terror una y otra vez porque ya hemos hackeado el verano y lo que mejor nos sienta es una buena repetición que nos ponga a dormir en la siesta. Porque los que aprovechan estos días para llenarse de experiencias nuevas es que no tienen ni idea. A mí que me den el pueblo de siempre, con los parroquianos de siempre, el clarete fresquito de toda la vida, esa gota que cae de esa copa con el cristal demasiado grueso, y con suerte una playa cerca y olor a caca de vaca por la mañana. Porque quien prefiere un Poke Bowl a un bocadillo de chorizo tendrá un feed precioso, pero no engaña a nadie.