Agentes con armas largas patrullarán por las zonas concurridas

I.E. / Burgos
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Aunque no hay ninguna amenaza específica de posibles atentados yihadistas, la Comisaría Nacional de Policía mantendrá en Burgos un amplio despliegue durante todas las fiestas navideñas, sobre todo en actos multitudinarios

Agentes con armas largas patrullarán por las zonas concurridas - Foto: Jesús J. Matías

La ciudadanía burgalesa ya se ha acostumbrado a una imagen que hasta hace no mucho era insólita, no solo en esta ciudad sino en muchas otras: la de policías nacionales patrullando por las calles de Burgos pertrechados con  armas largas. El protocolo antiterrorista al que obliga estar en un nivel cuatro de alerta es el que lleva a la Comisaría a establecer estos dispositivos, en los que los funcionarios policiales se despliegan por las zonas más concurridas blandiendo subfusiles. En estas navidades esta estampa se volverá a repetir, aunque es verdad, tal como apuntan fuentes consultadas, en Burgos no existe una amenaza específica que haga temer un atentado terrorista. Con todo, las fuerzas y cuerpos de seguridad han de estar alerta y preparados para cualquier tipo de riesgo. 

Ya quedó demostrado hace no muchas semanas con el cierre del centro comercial Camino de la Plata, el de Alcampo. La presencia de una olla en los exteriores de la gran superficie obligó a activar el protocolo antiterrorista por el riesgo de que pudiera ser una bomba. Hasta que los Tédax, desplazados desde Valladolid, revisaron el utensilio de cocina y certificaron que no había nada en su interior no se permitió la reapertura del centro.

Desde el inicio del conflicto bélico entre Israel y Palestina, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han intensificado los controles preventivos en la capital y provincia después de que el Ministerio del Interior subiera la alerta antiterrorista al nivel 4 reforzado. Lo ocurrido en Francia y Bélgica en los últimos días ha encendido todas las alarmas de Policía Nacional y Guardia Civil, que no sólo están más presentes en puntos que consideran más sensibles como colegios, centros comerciales, edificios públicos o estaciones de transporte, sino que también están muy pendientes de posibles radicalizados.