Luka Rupnik llegó a Burgos a finales de noviembre para cambiar el rumbo del Hereda San Pablo y se estrenó a los pocos días con un partidazo ante el Gipuzkoa Basket en el Coliseum. Casi siete meses después de aquel debut, el base esloveno se volverá a ver las caras con los donostiarras en la semifinal de la Final Four de ascenso a la Liga Endesa. Durante ese tiempo ha vivido momentos dulces y otros amargos con la camiseta azulona, pero prefiere no mirar mucho hacia atrás y centrarse en el objetivo: subir a la ACB.

¿Está siendo el camino más duro de lo que se esperaba cuando fichó por el Hereda San Pablo?
No, cuando llegué el equipo había encajado ya tres derrotas, mientras que el Andorra y el Palencia seguían invictos, por lo que sabía que al 90% íbamos a seguir este camino e iba a ser la temporada más larga de mi vida. Me preparé mentalmente para esto.

¿Cuál cree que fue el punto de inflexión para que despegara el equipo?
No sé, creo que cuando sabes que no vas a ser primero y llegan tres jugadores nuevos, pues cambia un poco la planificación... Al final, el último partido decidirá si la temporada ha sido buena o mala.

¿Cómo llega la plantilla a esta cita decisiva?
Llegamos bien, estamos entrenando bien, hemos tenido tiempo para descansar y todo el mundo está con ganas de que sea el día del partido lo antes posible.

Mucha responsabilidad lo de jugarse todo en un fin de semana, ¿cómo se lleva esa presión que viene acompañada por la condición de favorito del San Pablo?
Esa presión la tenemos desde el principio. Todo el mundo habla de que Burgos tiene un equipazo y eso nos ayudó a estar preparados mentalmente toda la temporada, también cuando llegó la serie contra el Movistar Estudiantes. Nadie dijo que no éramos favoritos pese a que acabamos séptimos la fase regular y ellos cuartos. Sin embargo, la Final Four es otra historia porque si el balón no entra un día puedes estar jodido. El objetivo del equipo es estar unido, como hemos demostrado en los últimos encuentros. Un ejemplo a seguir es el tercer partido contra el Estudiantes, que fuimos por detrás todo el rato y al final lo sacamos adelante. Eso también vale.

El sistema de la Final Four no es correcto porque se tiene un mal día y no sube el mejor equipo, pero es lo que hay»

¿Se esperaba un 3-0 en la serie contra los madrileños?
Yo sí. Me preguntó Rasid (Mahalbasic) que cómo lo veía, que él creía que la eliminatoria se podía ir al quinto partido, pero yo le contesté que si sacábamos adelante el primero íbamos a ganar 3-0.

En un play off tienes cierto margen de error, pero en partidos a vida o muerte no, ¿le preocupa que una desconexión como las de la fase regular les condene?
Creo que el sistema de la Federación Española de Baloncesto (FEB) no es correcto porque puedes tener un mal día y no sube el mejor equipo, pero esto es lo que hay. Entrenamos cada día para estar preparados.

¿Su experiencia en Juegos Olímpicos o Eurobaskets con Eslovenia le ayuda a gestionar mejor estos duelos a vida o muerte?
Sí, también cuando jugué con Fuenlabrada para no descender, pero eso es mucho más difícil porque sabes puede ser horrible bajar y casi siempre vienes de una mala dinámica. Esto, en cambio, es un placer. La vida del deportista es muy corta y no tienes muchas opciones de luchar por los títulos. Me siento afortunado de estar aquí.

Su primer rival, el Gipuzkoa, llega a Burgos sin Justin Jaworski, su gran referente, ¿qué rival se espera en semifinales?
Es un poco trampa pensar que no está Jaworski y ya el Gipuzkoa no es un buen equipo. Cuenta con un buen entrenador, que tiene muy claro a lo que juega y seguro que va a ser durísimo.

Le dije a Mahalbasic que si ganábamos el primer partido contra el Estudiantes ganaríamos 3-0»

¿Piensa solo en el Gipuzkoa o también se le va la mente a esa hipotética final ante el Zunder Palencia o el Real Valladolid?
No, de verdad, no pensamos en la final. Solo estamos centrados en el Gipuzkoa, pero tenemos un cuerpo técnico muy bueno que ya habrá preparado el segundo partido si pasamos.

A los tres rivales de la Final Four les han ganado en el Coliseum, ¿tiene mucha importancia jugar en casa?
Para mí está bien jugar ante tu público, pero me da pena que no puedan entrar 20.000 burgaleses en el Coliseum.

Cuando ve a la afición durmiendo en las oficinas y haciendo colas para conseguir una entrada, ¿qué se les pasa por la cabeza?
Tenemos una responsabilidad. Cuando voy el fin de semana a comer al centro de Burgos la gente dice «a ganar a ganar». Sé que esto significa mucho para la ciudad y se merece volver a la ACB. Hay gente en este equipo que sabe lo que es jugar por esto y vamos a hacer todo lo posible para que Burgos esté feliz.

Es un poco trampa pensar que no está Jaworski y ya el Gipuzkoa no es un buen equipo»