No se han sumado a la prole de P. Tinto y Olivia, más le hubiera gustado a la pareja, ni se erigen como el tercer y cuarto tripulante de la nave que se pierde con dos marcianitos dentro, pero Diego Galaz y Jorge Arribas ya forman parte de los títulos de crédito de una de las películas fetiche del cine surrealista español. El proyecto Retina de la productora Born! Music se asienta en la creación de nuevas bandas sonoras para filmes actuales, no mudos, más frecuente, y cuando eligió El milagro de P. Tinto casi tuvo claro que Fetén Fetén era el grupo ideal para esta aventura. El director, Javier Fesser, inclinó definitivamente la balanza. Tras su primera vez en el Festival Manhattan de Murillo de Gállego (Zaragoza) y su paso por La Revilla, el pueblo burgalés donde se rodó parte de la cinta, en agosto de 2021 y un puñado de bolos, el dúo extiende la gran pantalla en la Casa de Cultura de Gamonal este viernes (20.15 h., 5 euros).
Los dos músicos ya se saben el papel al dedillo. Violín trompeta, acordeón o serrucho se amoldan perfectos a la disparatada, tierna y absurda historia de P. Tinto, un pintoresco personaje cuya única aspiración desde niño es tener una descendencia numerosa. Tralarí, tralarí.
El ajuste de la partitura al guion conllevó una labor ardua. El largometraje tenía juntos sonido ambiente, diálogos y banda sonora, sin separación por pistas, y extraer la música para componer una nueva obligó a hacer virguerías. La interpretación en directo no ha lugar a la improvisación. Cada nota está medida al milímetro a cada fotograma. «No puedes tocar por tocar. Hemos tenido que trabajar mucho para entender los momentos musicales que marcaban las emociones y el ritmo de la película. Pero el trabajo no ha cambiado nada desde la primera vez, aunque, como todo, según se va rodando, surge con mayor fluidez», despliega Galaz al tiempo que augura que este proyecto les brindará grandes alegrías este nuevo año, por el 25 aniversario de esta «obra maestra». Próxima parada: Inverfest de Madrid el 17 de enero.
Inevitable resultará que los espectadores tengan un ojo en las imágenes y otro en el escenario. «La película engancha, pero la magia de la música en directo hace que vean la pantalla y por el rabillo del ojo nos observen a nosotros. Está tan integrado todo que el público se siente en una misma comunión», admiten por experiencia.
Por esa ilusionante atmósfera se dejan llevar. Y ese regocijo del patio de butacas los empuja a verse a ellos mismos con un buen puñado de años menos, sentados en un viejo cine frente a El milagro de P. Tinto. «Es una película de referencia. Te trae muchos recuerdos. Disfrutamos mucho», ilustra Arribas y toma el hilo Galaz para confesar que a él le cambió la vida. «Cinematográficamente es perfecta. Cuando fui al cine, dije 'esto es lo que me gusta', el surrealismo a todos los niveles. Esa parte surrealista la siento en mi vida y tiene mucho que ver con la música de Fetén Fetén», desovilla en medio de esa vieja estación por la que solo pasa el Expreso Pendular del Norte cada 25 años. Este 2023 toca.