Aunque las restricciones para contener el avance del virus, principalmente el toque de queda, perduraron hasta el mes de mayo, la delincuencia volvió a niveles anteriores a la pandemia el pasado año. Subieron los robos, las peleas, los intentos de homicidio y, sobre todo, los delitos sexuales. Así lo muestra la estadística de criminalidad facilitada por el Ministerio del Interior en base a las denuncias recogidas en las comisarías provinciales. En el caso de Burgos, se contabilizaron 11.920 infracciones en 2021, lo que supone un incremento del 16,5%. 

Muchas asociaciones de defensa hacia la mujer alertaron de que durante el confinamiento de la población y peores meses de la pandemia, tanto el maltrato como los delitos sexuales estaban quedando soterrados. Las víctimas no podían denunciar a sus agresores porque, en muchas ocasiones, convivían con ellos. Esta es una de las explicaciones del repunte del 26,2% de los abusos y agresiones sexuales. El pasado año se tuvo constancia de 82 casos, 17 más que el ejercicio anterior. Lo más destacado son las violaciones, que pasaron de 5 a 10 en 2021. Tanto desde los Juzgados como en la Comisaría Provincial advierten de que la mayoría de estos episodios suelen resolverse rápido, básicamente porque el autor suele ser conocido. En ocasiones, y buena fe de ello dan las numerosas sentencias dictadas en los últimos tiempos, son familiares. 

Más allá de esta tipología, la criminalidad creció en la provincia de Burgos en casi todos los epígrafes. Por gravedad, no hubo que lamentar ningún homicidio, pero sí que se denunciaron cinco tentativas, dos más que el año anterior. También se produjo un incremento del 33,35 en las lesiones y riñas tumultuarias, al denunciarse un total de 140. La subida fue muy similar en el caso de los robos con violencia e intimidación, que se fueron hasta los 142, un 34% más. 

Indicadores de criminalidad en la provincia de Burgos (acumulado de enero a diciembre). - Foto: Fuente: Ministerio del Interior

Como cabía esperar, y ya con más posibilidades de actuar tras el confinamiento, los ladrones también recuperaron su actividad habitual. Los robos en domicilios crecieron un 23,2% hasta los 542, mientras que se denunciaron un total de 79 sustracciones de vehículos, 13 más que el ejercicio anterior. Además, hubo un repunte en los hurtos, con un total de 2.463. 

Por ciudades con más de 50.000 habitantes, la criminalidad creció en la Burgos, Aranda y Miranda. El mayor número de delitos se denunciaron en la Comisaría de Burgos, 5.577, mientras que en la Ribera fueron 1.419 y en la ciudad del Ebro 1.199. En esta última fue donde hubo un mayor repunte de los delitos sexuales, un 300%.